Las otras islas atlánticas

Verano

En Portugal, entre Lisboa y Oporto, se encuentra el parque nacional portugués de las Berlengas, un archipiélago espectacular y muy visitado, pero con una travesía muy complicada con un mar duro

El famoso baluarte, uno de los iconos turísticos de Portugal.
El famoso baluarte, uno de los iconos turísticos de Portugal.

En Galicia se encuentra el Parque Islas Atlánticas, pivotando en torno a las Cíes, pero no es el único archipiélago protegido en la costa peninsular. A unos 500 kilómetros del Miño, más cerca de Lisboa que de Oporto, se encuentran frente a la villa de Peniche, famosa como paraíso surfero, las Islas Atlánticas de Portugal, conocidas como Berlengas, cuya imagen a menudo se ha convertido en la más icónica del país vecino para el turismo internacional.

Las Berlengas se hallan a unos 45 minutos en barco desde Peniche, una travesía que no es para todos los estómagos: las olas oscilan entre los tres y los cinco metros y las escenas de pánico se suceden entre los viajeros al mismo ritmo que circulan las bolsas para urgencias eméticas. Nunca he visto a tanta gente pasarlo mal. Después de esos 45 minutos eternos, con el Atlántico haciendo de las suyas como si fuera el mar de Terranova, se llega al Parque de las Berlengas, una isla que es como un peñón, sin apenas vegetación ni agua y una pequeña colonia de pescadores con casas para pasar días o semanas.

Las aguas son verdosas y hay una visita incluida en el tour por las grutas donde se encuentran algunas rocas con formas caprichosas. Pero lo principal es la visita a la fortaleza, construida por Portugal para defender su costa, lo que no siempre logró el país vecino. España conquistó el castillo y también piratas de distintas nacionalidades, pero en general las estancias eran cortas porque no hay ni víveres ni suministro potable, lo que muy difícil la estancia. Se trata de una construcción sólida y en apariencia infranqueable, con un pequeño istmo cosntruido para unirse a tierra. Hoy en día se usa, además de como atractivo turístico, como hostal para los que quieran pasarse unos días en las Berlengas. Está lleno en verano.

El interior de la fortaleza de las Berlengas, convertido en un hostal.
El interior de la fortaleza de las Berlengas, convertido en un hostal.

La única colonia estable fuera de temporada la conforman los guardas del parque y el faro (la mayoría conoce las Cíes y la dirección del Parque), que aunque es automático, cuenta con un retén para garantizar que esté siempre en condiciones dada su importancia para la navegación por la zona, en uno de los canales con mayor densidad de buques, unos 36.000 al año, entre ellos cientos de cruceros que realizan el viaje desde Coruña o Vigo hasta Lisboa.

El personal va rotando por semanas, aunque a veces tienen que quedarse más tiempo debido a las malas condiciones del mar, realmente terribles en ocasiones, que impiden por completo la navegación. Los tripulantes del catamarán que une Peniche con las islas, más que acostumbrados a realizar la travesía, admiten que no es para todos los públicos y que solo se puede realizar con seguridad durante algunos días al año, en verano. La Autoridad Portuaria lusa controla la altura de las olas y en función de ello autoriza o no el viaje. Toda una experiencia.

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