“Las obras nos dejan sin clases prácticas”
Educación
Un colectivo de alumnos del CIFP Manuel Antonio critica que la rehabilitación del centro está afectando demasiado a los cursos
Martillos, taladros, radiales, polvo… Todas estas molestias derivadas de las obras de rehabilitación del CIFP Manuel Antonio están provocando que los alumnos no puedan dar clase con normalidad. Así lo afirma un colectivo de estudiantes que asegura que lleva sufriendo esto desde hace una tres semanas, cuando comenzaron las clases presenciales. Aunque el curso comenzó el 9 de septiembre, las obras imposibilitaron dar cualquier tipo de clase en algunos ciclos de las ramas de Sanidad y Textil y se optó por una alternativa telemática mientras la dirección del centro planificaba una solución.
Con todo, desde el 30 de septiembre, el día que estos alumnos comenzaron a acudir a las aulas de forma presencial, estos mismos critican que “las clases vinieron acompañadas de muchísimo ruido, polvo constante y situaciones de seguridad dudosas”. Este colectivo señala incluso que ha habido problemas de salud derivados de esta situación como “ataques de asma y migrañas” y algunos estudiantes tienen que ir a clase con mascarilla.
Otra de las quejas del alumnado de estos ciclos es que “todavía no hemos podido usar los laboratorios para hacer clases prácticas y además se estropearon muchas muestras a causa de las obras”. Señalan que esto es más acuciante en ciclos como el de Laboratorio de Análisis y Control de Calidad, “donde la parte del laboratorio es muy importante”, recalcan.
Unas obras necesarias
El director del centro, Iván Iglesias, explica en declaraciones a este periódico que las obras son “muy necesarias” para el CIFP Manuel Antonio y que ayudarán a solucionar problemas como el de las goteras o el de la falta de espacio en los ciclos de Sanidad. Apunta que, aunque comenzaron en junio con la intención de provocar el menor impacto en las clases, “hubo incidencias, como en todas las obras” y al empezar el curso hubo que parar las clases presenciales en algunos ciclos.
Iglesias reconoce que “como todas las obras, son molestas”, pero que hay una planificación para mover a los grupos de aula cada vez que está previsto que haya clases cerca de los trabajos, “aunque lógicamente, algo se seguirá escuchando”. Sobre las clases prácticas, indica que los alumnos deben entender que “los módulos los planifica el profesorado cada año conforme a las necesidades y circunstancia de cada grupo y no hay un número estipulado de clases teóricas o prácticas, ya que el objetivo es que el alumnado adquiera unas competencias mínimas”.
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