La nueva PAU convence a docentes pero no a alumnos
Educación
La eliminación de la optatividad no gusta a los estudiantes, que hasta ahora podían no hacer alguno de los bloques principales
La selectividad, que desde este año deja de ser ABAU para volver a llamarse PAU (Prueba de Acceso a la Universidad), tendrá lugar los días 3, 4 y 5 de junio. Con las clases ya terminadas y las graduaciones celebradas, los alumnos de 2º de Bachillerato llenan las bibliotecas para preparar unos exámenes que este curso comienzan una paulatina transformación hacia la llamada “prueba de madurez” que el Ministerio de Educación planteó hace ya dos años como el futuro la selectividad, huyendo de la memorización y fomentando la demostración de las competencias adquiridas durante su escolarización.
Los cambios en las diferentes pruebas despiertan diferentes reacciones, ya que los alumnos creen que la PAU será significativamente más difícil que la ABAU del pasado año mientras que los docentes celebran que se haya puesto fin al modelo que imperaba desde el año del covid. La principal razón sobre esta particular ‘discordia’ es la opcionalidad. Hasta el momento, y desde que se tuvo que adaptar la prueba a las circunstancias de la pandemia, en materias troncales los alumnos podían omitir por completo alguno de los bloques principales debido a que los exámenes permitían descartar preguntas sin obligar a contestar al menos una de cada bloque.
Es por esta razón que precisamente el examen de Lengua y Literatura Española gusta tanto a los docentes en comparación con los anteriores. “En lo que más fallan los alumnos es la expresión y comprensión escritas y ahora se prima que relacionen contenidos en lugar de memorizarlos, está muy bien el modelo”, explica Azucena Gómez, docente de esta asignatura en un instituto vigués. “Los estudiantes tienden a grabarse datos y vomitarlos en el examen, no quieren perder tiempo con el texto expositivo-argumentativo (esto es, el comentario crítico)”, añade la profesora, que cree que los resultados de esta nueva selectividad “no van a ser muy buenos” en su primer año, ya que estas carencias en expresión y comprensión escritas jugarán en su contra en el resumen obligatorio del texto y en el comentario crítico, así como en la parte de Literatura, donde deben argumentar razonadamente a qué autor y época pertenece un texto presentado: “Ahí te acaban vomitando todos los datos sin más, por lo que no pueden puntuarles la pregunta completamente”.
Algo similar opina Naroa Fernández, profesora de Galego, que lamenta lo mucho que cuesta a los alumnos “ver las características de los textos y relacionarlos con los temas teóricos”. Celebra también que el comentario crítico sea parte del bloque de Sociolingüística, que solía estar formado de preguntas puramente teóricas. Con todo, señala que la preparación de este examen “apenas fue diferente” de la de otros años. Ángel Iglesias, de Matemáticas, comenta que ahora los problemas tienen un enfoque más práctico, con enunciados basados en situaciones reales, y cree que la nueva norma sólo se aplica ligeramente en esta materia: “Creo que en años venideros harán preguntas más de tipo reflexivo, pero aún son exámenes muy parecidos a los de antes”.
“El comentario crítico es la parte más complicada”
Los alumnos de 2º de Bachillerato, por su parte, no están muy contentos con las modificaciones en los exámenes de selectividad. ¿La razón? Ya no pueden descartar bloques enteros en exámenes. Así lo explican Denis y María, dos estudiantes que hacían un pequeño descanso entre sesiones de estudio en la biblioteca de la UNED: “En asignaturas como Biología, que es muy extensa, en años anteriores podías descartar varios bloques pero ya no, por lo que ahora tenemos que estudiarnos todo y ahí la dificultad aumenta”.
Anxo y Alejandro, que también preparan la PAU estos días, comentan que “estudiarte todo un curso en estas dos semanas es muy duro mentalmente”, pero también optan por verlo de forma positiva: “En los exámenes finales que acabamos de hacer ya entraba todo y eran modelo selectividad, por lo que se hace un poco más llevadero”.
Sobre lo que más le cuesta a la hora de preparar estos exámenes, Anxo apunta que “los comentarios críticos de Lengua, Historia y Filosofía, que aunque es la parte en la que hay que estudiar un poco menos, me cuesta mucho desarrollar estos conceptos”. Algo similar expresa María, que señala que la parte más compleja para ella es “la de razonar, porque tienes mucha información que sobra y a veces cuesta un poco ver lo que tienes que utilizar. Estando acostumbrada a ‘chapar’ y ‘vomitar’ en los exámenes, esto acaba dando un poco de miedo”.
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