La nueva ley crispa a los veterinarios

Los veterinarios se van a la huelga. Al menos, de forma parcial. Ayer realizaron un cierre temporal de sus negocios en Vigo y acudieron a movilizarse enfrente de la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra para frenar la aplicación del Real Decreto 666, que regula la prescipción de antibióticos. Las clínicas consideran que esta nueva forma de actuar con los clientes puede ser perjudicial tanto para las mascotas como para los dueños de ella al imponer restricciones a la hora de administrar medicamentos o comercializarlos, siendo impuestas multas de hasta 90.000 euros por no seguir los procedimientos establecidos.

La movilización puede tener premio. Según apunta Luis Núñez, presidente del Colegio de Veterinarios provincial, habrá una reunión en Vitoria la próxima semana para tratar las posibles mejoras de la nueva ley, una aplicación que “como está planteado, no tiene razón de ser”. En ella incluye a las farmacias como distribuidoras únicas de antibióticos para animales, con lo que podría colapsar sus labores y “volver locos” a los dueños al tener que recorrer varios establecimientos en busca del fármaco. Ante ello, más de 250 profesionales protestaron durante dos horas ante las dependencias del Gobierno de Pontevedra y luego delante del propio Concello provincial. “Prescribir no es delito”, rezaba alguna de sus pancartas.

“Hemos mandado cartas y comunicaciones y nadie nos hizo caso”, lamentó Núñez, que encuentra ahora un pequeño resquicio para negociar una marcha atrás del Decreto que afecta a las clínicas veterinarias y volverá a poner sobre la mesa cuestiones “históricas” para el gremio como la aceptación de la figura del veterinario residente, su reconocimiento como personal sanitario y la reducción del IVA en sus intervenciones, algo que animará a los dueños de las mascotas a dar más ciudados a sus animales de compañía: “Estamos muy contentos con la respuesta de gran parte de los compañeros y de los propietarios de las mascotas, porque actualmente 1 de cada 4 personas ya tienen la compañía de un animal en su casa”. Este no es el primer parón que realizan por los continuos agravios que lamentan las clínicas veterinarias con la nueva ley, puesta en marcha en 2023, pero sí la primera vez que se movilizan por la causa.

Varios veterinarios de Vigo inciden en lo molesto de la ley, que los sitúan ante un dilema ético al no poder aplicar el medicamento necesario para cada situación, así como critican la obligatoriedad para que todos los animales sin excepción cuenten con un chip. Esto afecta a los de mayor edad, así como a los que se encuentran en protectoras. Asmismo, será notable para el usuario el aumento de costes al adquirir el envase del medicamento íntegro y no la dosis necesaria. Esto, a su vez, puede provocar el aumento de la automedicación.