Nigrán desoye las peticiones de 30 vecinos sin fibra en Priegue
Los afectados residentes en las calles Mestra Emérita,Don Marcial, Regueiriños y Medoñas metieron dos escritos por Registro, uno en 2018 y otro en 2020, sin obtener respuesta alguna
Para más de una treintena de vecinos del núcleo de Priegue en Nigrán la brecha tecnológica sigue estando muy presente en su día a día. Los residentes de las calles Mestra Emérita, Don Marcial, Regueiriños y Medoñas comprueban con impotencia que cosas tan básicas como enviar un correo electrónico se convierten en un auténtico deporte de riesgo que pone a prueba su paciencia ante la desesperación de contar con una conexión completamente desfasada, con velocidades de entre 100 o 500 veces por debajo de las que ofrecen los servicios de fibra óptica más básicos mientras que las autoridades municipales hacen oídos sordos a sus peticiones. Alfonso Fontenla es uno de los vecinos que comenzó a movilizarse para encontrar una solución al problema que sufren.
En 2018 envió por primera vez un escrito dirigido al concejal de Urbanismo, Diego García, secundado por vecinos, un centro de geriatría además de uno educativo y otro especializado en el tratamiento de personas con Espectro del Trastorno Autista, TEA, en donde solicitaban una reunión para saber más sobre su situación. A día de hoy y tras meterlo por Rexistro siguen esperando contestación. Dos años después repitieron el procedimiento sin éxito e incluso llegó a remitirlo a la Jefatura Provincial de Inspección de Telecomunicaciones de Pontevedra corriendo la misma suerte.
Resulta significativo el rechazo a la moción presentada por el PP local para crear una oficina para gestionar problemas con las conexiones al la red de alta velocidad alegando que ya existe una personificada en el propio edil de Urbanismo desde 2016. Curiosamente la misma persona a la que fueron dirigidos los escritos de Fontenla a través del Registro y nunca fueron respondidos
Fontenla reitera contradicciones tan alarmantes como el hecho de que haya viviendas que disfrutan de fibra desde hace años y otras que sigan en la “Edad de Piedra”, con distancias a menudo menores a 50 metros. “Es un sinsentido y por el momento seguimos esperando mientras obtenemos la callada por respuesta”, insiste.
De hecho, Fontenla tiene constancia de que a 100 metros de la suya, ya dentro de Saiáns, Vigo, hay fibra óptica pero al pertenecer a otro municipio no puede solicitar el enganche aunque para el portavoz de afectados, la guinda es el hecho de que el despliegue se hubiese llevado a zonas más remotas como la de Chandebrito. Fontenla por su parte lo tiene claro y achaca la situación a tintes políticos. “No es normal que a unos sí y a otros no”, sentencia.
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