Navidades al límite en Vigo: más pobreza y menos donación para las ONG

Las asociaciones solidarias de la ciudad advierten de que las peticiones de ayuda no dejan de subir debido la galopante escalada de los precios

Colas en el Comedor de la Esperanza, donde se reparten unos 150 menús diarios.
Colas en el Comedor de la Esperanza, donde se reparten unos 150 menús diarios.

La demanda de ayuda social en Vigo escaló estos últimos meses al mismo nivel que los precios de los alimentos básicos. Así de contundentes se muestran desde las principales asociaciones solidarias de la ciudad, que auguran unas fiestas muy complicadas debido al elevado número de solicitantes y al descenso de las donaciones, otra consecuencia directa de los grandes niveles de inflación.

En el Comedor de la Esperanza, situado en O Berbés, reparten diariamente unas 150 comidas. Su directora, Alicia Román, confirma que “cada día hay más gente y menos donaciones y tenemos que ajustar más los presupuestos cada vez”. La afluencia a este comedor había bajado durante unos meses tras el verano, pero en las últimas semanas ha vuelto a crecer el número de personas sin recursos que acuden a sus instalaciones. “Vemos a dos o tres personas nuevas cada día”, apunta Román, “hay retornos, gente que vive en la cuerda floja y se iba manteniendo hasta ahora e incluso algunas familias completas con niños que no habían venido nunca”.

En cuanto a las donaciones “se nota muchísimo que son menos”, sobre todo aquellas que se hacen en especies, también motivado por la elevada inflación.

En la misma línea se pronuncian los responsables de Cáritas. Bibiana Vilariño, coordinadora del Programa de Acogida de esta asociación diocesana, señala que, aunque todavía no tienen los datos correspondientes a este año –suelen hacer balance a finales–, la demanda aumentó en 2022 de manera preocupante, “llegando incluso a doblar la del año pasado”.

Cáritas atendió el año pasado a 4.408 personas en total, casi mil menos que el año anterior, y dadas las circunstancias, cabe esperar que el balance de 2022 será mucho mayor.

Las colas en los comedores sociales vuelven a ser una tónica habitual. A medida que se aproximan estas fechas señaladas, los responsables de los mismos tratan de hacer que la Navidad sea también un poco especial para sus usuarios. En el Comedor de la Esperanza, explica Alicia Román, “haremos una comida especial navideña los días 23 y 24 y también tendremos algún detalle con los comensales el día de Reyes”.

“Recibimos llamadas todos los días para saber si reabrimos el comedor”

Aunque la asociación Vida Digna se vio obligada a cerrar su comedor social del barrio de Teis en el que repartían hasta 650 comidas los fines de semana, su actividad en la sede de calle Brasil continúa intacta. De hecho, es muy difícil hablar con su responsable, Ricardo Misa, que está ocupado todo el día recibiendo a nuevas personas a las que no les queda más opción que acudir a estas ONG que ayudan a los más necsitados.

“Recibimos todos los días a familias en riesgo de exclusión e incluso a familias en las que, trabajando la madre y el padre, sus sueldos no les llegan a final de mes”, expresa Misa, que habla de la actual situación inflacionaria como una “tormenta perfecta” para que los que antes podían llegar, aunque difícilmente, a finales de mes, tengan que recurrir a pedir ayuda en lugares como Vida Digna ya a mediados.

Ricardo explica también que las solicitudes de ayuda social se han incrementado mucho en los últimos días, así como las llamadas a la sede de la asociación preguntando qué pasa con el comedor: “Estamos barajando opciones y haciendo un esfuerzo para ver si alguien nos puede echar una mano”. La idea es poder reabrirlo de cara a la Navidad, pero cuanto más tiempo pasan sin noticias de benefactores que se presten a ayudar, mayor es la desesperanza de lograr este objetivo. “Es una pena porque nos parece un servicio indispensable en la ciudad y en especial en el barrio de Teis”.

Vida Digna ayuda mensualmente a unas 3.400 personas con sus servicios de reparto de alimentos, ropero social, orientación y derivación, reparto de enseres, reparto de productos de higiene, farmacia e incluso gabinete psicológico. Estas fechas añaden en la cesta habitual cosas como langostinos, dulces o bacalao para hacer llegar a las casas alimentos típicos de estas fechas y que puedan ser especiales para sus usuarios. También recogen juguetes para repartirlos entre los niños de familias en riesgo de exclusión.

Uno de cada cuatro hogares de Vigo subsiste sólo con ayudas

El endurecimiento de la situación económica no pasa desapercibido para los hogares con pocos ingresos, en especial los que no tienen otro ingreso que las prestaciones de ayuda como el Risga o el Ingreso Mínimo Vital.

De hecho, casi 30.000 hogares en la ciudad de Vigo subsisten únicamente con ayudas. Así lo refleja la última encuesta estructural del IGE, con datos de finales de 2020. Según estos datos, el 25,7% de los hogares vigueses –uno de cada cuatro– no perciben más ingresos que estas prestaciones sociales. Y, teniendo en cuenta la tasa actual de inflación y el empeoramiento de la situación económica desde principios de 2021, cabe esperar que la cifra haya aumentado.

El máximo histórico de esta estadística se marcó en 2015. Por entonces, casi uno de cada tres hogares (el 31,7%) tenían en las prestaciones sociales el 100% de sus ingresos, llegando a ser más de 36.000 las viviendas en esta situación.

Asimismo, el IGE marca en este mismo informe que los ingresos del 37,85% (más de 43.000) de los hogares vigueses dependen, en su mayoría (más del 50%), de las ayudas sociales.

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