Música de los Balcanes y del desierto en el Conservatorio

Educación

El Auditorio Martín Códax acoge conciertos de músicos albaneses, montenegrinos y de Arizona (EEUU) esta semana

Esteban Valverde, director del Conservatorio Superior, con representantes de las Universidades de Arizona, Montenegro y Tirana.
Esteban Valverde, director del Conservatorio Superior, con representantes de las Universidades de Arizona, Montenegro y Tirana. | J.V. Landín

El Conservatorio Superior de Música de Vigo (CSMV) se encuentra inmerso en sus meses de más actividad, al menos de cara a la galería. Con el festival Nas Ondas ya casi en su ecuador, cada semana programa en su auditorio prácticamente un concierto por día y los de esta semana son un poquito más especiales porque la institución viguesa abre las puertas a sus colaboradores –y amigos– internacionales. En esta ocasión, a lo largo de la semana darán clase y compartirán su música con los vigueses a lo largo de varios conciertos integrantes de la Escuela de Música de la Universidad de Arizona (Estados Unidos), de la Facultad de Música de la Universidad de las Artes de Tirana (Albania) y de la Academia de Música de la Universidad de Montenegro.

En concreto, hoy (20 horas) será el turno de los músicos albaneses y el jueves, de estadounidenses y montenegrinos. Mañana, a modo de celebración del décimo aniversario de Nas Ondas, el clarinetista montenegrino Damjan Begovic hace un dúo con el pianista Severino Ortiz.

Montenegro es un pequeño país de unos 600.000 habitantes –casi tantos como el área metropolitana de Vigo– y su academia de música es una de las más jóvenes de los países que conformaban la antigua Yugoslavia, como explica su decana, Tatjana Krkeljić. “Vigo es una ciudad muy bonita y siempre es un placer venir aquí e interactuar con los compañeros. Creo que estas movilidades van mucho más allá de lo profesional, van sobre conocer nueva gente y culturas e intercambiar pareceres”, expresa la profesora montenegrina. 

Krkeljić apunta que en un país todavía “en transición” como el suyo este tipo de experiencias son todavía más importantes “porque todavía estamos intentando encontrar nuestro camino a nivel cultural y visitar tantos países e instituciones diferentes es muy valioso para nuestro futuro”. En el concierto del jueves “presentaremos los trabajos de nuestros mejores conmpositores, que también son profesores de nuestra academia”, asegura la decana.

Edward Reid, trompetista y veterano miembro de la Escuela de Música de la Universidad de Arizona se muestra completamente encantado con Vigo: “Es una ciudad maravillosa con detalles como las rampas que hacen la vida más fácil al ciudadano”, comenta, “y además hay mucha hierba, que de eso no tenemos en Tucson”, bromea. Reid explica que uno de los trompetistas más prestigiosos ahora mismo en Estados Unidos, Esteban Batallan, se graduó en el CSMV, por lo que “habla muy bien de la reputación que tiene Vigo en el extranjero”. 

Sobre las diferencias entre los sistemas educativos, a este profesor le llama la atención que en el conservatorio vigués “el currículum está mucho más enfocado a la interpretación, mientras que en Arizona tenemos más especializaciones de enseñanza”. Edward tiene en tan alta estima a sus colegas vigueses que asegura que le “convencieron para que me suba al escenario a tocar una pieza en solitario después de muchos años”. Pisará las tablas del Auditorio Martín Códax el jueves.

Arben Llozi, decano de la Facultad de Música de la Universidad de las Artes de Tirana, conoce ya bien Galicia y en especial Vigo gracias a su pasado como intérprete en el grupo instrumental Siglo XX, de la Sinfónica de Galicia. Asegura que la conexión que sintió con sus compañeros gallegos fue prácticamente instantánea y que “siempre que vengo aquí me siento como en casa”

Las piezas que tocarán él y otros docentes de Tirana en el concierto que ofrecen hoy son “algunas de las más bonitas de los compositores albaneses” y muchas de ellas están basadas en el folclore de la zona. Una música que Llozi describe como única, ya que se diferencia mucho del resto del folk balcánico, especialmente en el ritmo: “Algunas piezas están en 7/8 o 9/8, pero otras llegan a ser 11/16 o incluso 25/16, unos ritmos que son prácticamente originales de Albania”, indica.

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