Un municipio repleto de castros y vías por tierra y mar

Según las investigaciones realizada por César González Crespán por la zona de lo que hoy es el municipio de Vigo se distribuían, además del monte del Castro que ya aparece visiblemente romanizado (las chozas de forma rectangular al lado de las redondas), numerosos otros poblamientos castrexos localizados en lugares del entorno como Teis, Chapela, Sárdoma, Beade, Bembrive, Fragoselo, Chandebrito y Coia.

En cuanto a las vías de comunicación más importantes destaca que venían por el sur desde Tude (Tui), y más lejos, desde la capital conventual, Bracara (Braga), por la ladera occidental del monte del castro hasta O Berbés, "todo a lo largo de la calle Romil, que era la más importante".

"Desde este hito, Burbida, partía otra ruta en dirección a Luco (Lugo) y Asturica (Astorga), que subía a lo largo de lo que hoy es la calle Urzáiz, entonces un río, y desde Cabral hacia el lugar del aeropuerto de Peinador, cerca del punto donde está el miliario romano de Guizán-Vilar de Infesta, donde había un cruce con los caminos hacia Tude y Redondela y al santuario del monte da Peneda, Turoqua", explica.

Concluye con la navegación de barcos por la vía de comunicación marítima por lugares que tenía sus hitos principales, comenzando por el cabo de Vicos, en las islas Cíes, "y un poco más al norte de la ría de Pontevedra, estaba el puertecito de Ad Duos Pontes, junto al castro de Nuestra Señora de A Lanzada, playa que entonces no existía, cruzando el estrecho brazo de mar que separaba la antigua isla de O Grove de la costa, por donde navegaban los barcos junto a las islas de A Toxa y Arosa, hasta llegar al río Ulla, en las Torres de Catoira, que se llamaban Grandimiro". n