Episodios vigueses
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Episodios vigueses
Las cabalgatas de Reyes en Vigo, organizadas por el Ayuntamiento fueron tradicionalmente cortas y modestas. Pero conservaban con su sencillez lo esencial de la fiesta. Se contrataban los servicios de una sastrería de teatro de Madrid, que proporcionaba los atuendos. La preparación y montaje la llevaba a cabo personal del Ayuntamiento, generalmente voluntario. En las ocasiones que yo recuerdo, la cabalgata se preparaba en el interior de la estación marítima, donde los reyes se vestían con sus galas y el personal de acompañamiento. Alguna vez, la llegada de sus Majestades se montaba desde la estación de ferrocarril y otras desde la ría.
En aquellos tiempos, el resto del aparataje era diverso, según la ocasión. Y los Reyes Magos recorrían la ciudad en camello, a caballo o en unos carruajes especiales. El acto central era en la puerta del sol, donde se montaba una tribuna, en la que el alcalde recibía a los ilustres visitantes y entregaba a Melchor las llaves de la ciudad. El Rey Melchor dirigía un mensaje a los niños, tras la salutación del alcalde. Luego, la procesión real continuaba por Príncipe y retornaba a la explanada de la Estación Marítima de la ría, donde se montaba otro escenario para que los reyes fueran recibiendo a los niños.
Durante todo el trayecto se repartían sacos de caramelos. Poco a poco, la cabalgata se fue enriqueciendo con alguna carroza de centros comerciales y voluntarios que ataviaban como pajes o personajes de aquel lejano tiempo evocado. El discurso de Melchor era siempre muy importante y explicaba que como eran Reyes Magos podían detener el reloj y estar al mismo tiempo en todos los lugares de España.
El utillaje para montar ambos escenarios se traía de la Escuela de Artes y Oficios que poseía una serie de preciosas sillas de madera torneada, digna de los Reyes. En alguna ocasión, alguna de esas sillas, al quedar montados los escenarios en la Puerta del Sol, sin el adecuado resguardo desaparecieron varias. Nunca se supo quién ni en qué momento se perpetró el robo. Pero las robaron. Hubo años en que la lluvia acompañó, pero no deslució la cabalgata. Hay fotos de los Reyes y las autoridades municipales empapados en el escenario montado en la Puerta del Sol, siendo alcalde en funciones José Antonio Sánchez.
Si los Reyes iban a caballo, lo que facilitaba sus movimientos, descabalgaban en la calle del Príncipe y se acercaban a los niños que formaban entusiasmadas hileras. Pero si iban a camello o en carroza, se detenían para que los padres acercaran a los niños. Era muy emotivo. Tras estos actos, los tres Reyes Magos, acompañados del grupo “Airiños del Parque de Castrelos”, con Polo al frente, visitaban el Hospital Municipal. Era muy emocionante, pues se centraban en las personas de edad, allí acogidos y en los niños. Había pequeños obsequios para todos: tabaco para los viejos, golosinas para viejas y niños y alguna otra cosa más. Era conmovedor.
Como en los años 80 colaboré bastante en estas cabalgatas nunca entenderé los cambios originados en los tiempos más recientes, como el hecho de que en lugar de, como primer mandatario de la ciudad, el alcalde espere a los Reyes en una tribuna de la Puerta del Sol, los preceda saludando a la gente que ocupa la calle, abriendo camino a sus Majestades transformado en un personaje más de la propia cabalgata, en contra del concreto papel que le corresponde. En todo caso, aquellas cabalgatas de antaño desprendían, pese a sus modestos medios mucha más emoción que las de ahora. Con independencia de que no siempre colaboran con las personas adecuadas (y en Vigo ha habido casos lamentables). Es una lástima que no siempre los organizadores de las actuales cabalgatas piensen en la ilusionada ingenuidad de los niños, y por motivos políticos personajes no siempre adecuados, encarnen el papel de los Reyes Magos.
La invasión de usos y costumbres ajenos a nuestra cultura de base, como lo de Papé Noël produce una innecesaria confusión que no tuvieron otras generaciones. El día 6 de enero es festivo en España, México, Puerto Rico, Paraguay Uruguay y Colombia y no lo es en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela. El conocimiento que me asiste como repetido ayudante de Sus Majestades los Reyes de Oriente, en concreto por mi cercanía al Rey Melchor, dispongo de una especial perspectiva sobre este asunto. Y todavía me emociono y se me saltan las lágrimas cuando recuerdo aquella luz, aquella mirada de los niños que jaleaban el paso de la caravana real en dromedario, caballo o carroza.
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