La cosecha del mar: dos redondelanos, los pioneros en el cultivo de algas en la Ría de Vigo

Dos emprendedores y pioneros redondelanos crearon hace ya 26 años la primera empresa de comercialización de algas de toda España. Tienen en las aguas del Parque Nacional das Illas Atlánticas su principal huerto marino

Publicado: 22 may 2022 - 00:00 Actualizado: 22 may 2022 - 13:24

Fermín y Clemente Fernández Sáa recogiendo algas, una actividad en la que participan habitualmente.
Fermín y Clemente Fernández Sáa recogiendo algas, una actividad en la que participan habitualmente.

Están consideradas como un superalimento y han logrado ocupar un lugar destacado en las mejores cocinas. Son las algas, llamadas por muchos como las verduras del mar y que en la Ría de Vigo y su entorno tienen una de sus huertas más productivas y ricas en variedades y calidad. Un secreto que los hermanos Clemente y Fermín Fernández Sáa descubrieron hace mucho y que estuvo en el origen de Algamar, la primera empresa española en comercializar algas.

“Para nosotros las algas son algo normal y cotidiano. Se puede decir que nacimos entre ellas. Se usaban como fertilizantes de la tierra y era algo tan familiar y común que no se le daba la importancia que tenían”, explica Clemente, uno de estos dos empresarios redondelanos que han puesto en la boca de muchos estos sabrosos productos del mar. La curiosidad, y las casualidades que terminan siendo causalidades, les llevó a entrar en contacto con el uso de estas verduras marinas en la cocina y “comenzamos a investigar las algas que teníamos aquí en la ría”. Eran los comienzos de una aventura que les ha llevado a crear su propio método de secado “ya que las algas fermentan muy rápido y hubo que crear un sistema con temperatura y humedad controladas que permiten que lleguen crudas al consumidor”.

La primera nave que abrieron, en el polígono de Amoedo (Pazos de Borbén), cuenta con 5 secaderos que pasaron rápidamente del gasoil al uso de la biomasa, ya que otro de sus compromisos es el respeto y cuidado del medio ambiente. “Apostamos por un combustible local como son los restos forestales”, explica.

La fama de las algas pronto rebasa los círculos de amantes de la comida microbiótica, vegetarianos y de la comida japonesa y llega a la mesa de muchos hogares alcanzando las 14 toneladas anuales. Un aumento del consumo que lleva a que España se convierta en el primer consumidor de algas de Europa y que la nave de Amoedo se quede pequeña y construyan una nueva en A Lama con capacidad para secar diez toneladas diarias de algas. Una cantidad a la que llegan, según explica Clemente, “en momentos puntuales, lo normal son 5 toneladas, que después del proceso de secaje quedan en 500 kilos, ya que pierden el 90% de su peso”

Los puntos en los que llevan a cabo la recogida de este cosecha tan especial se encuentran repartidos por todo el espacio del Parque Nacional Illas Atlánticas y algo de la ría de Ferrol, Muros, Viveiro y Ortigueira. Pero la huerta principal “está aquí en las Rías Baixas”, donde además trabajan en coordinación con las cofradías, a las que compran algas y orientan en este sector cada día más pujante.

El mercado natural de cerca de la decena de variedades que comercializan es Europa. Desde hace diez años ofrecen también agua de mar del Atlántico. También se han añadido los productos elaborados con algas y los “especieros”, que no son otra cosa que esta verdura marina en polvo.

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