Médicos de prisiones piden la historia clínica de sus pacientes
vigo
Son funcionarios del Ministerio del Interior y no tienen acceso al sistema del Sergas
Los médicos de los centros penitenciarios de Galicia, entre ellos los de A Lama, piden que se reduzca la burocracia para solicitar las pruebas PCR a los internos y evitar así los contagios dentro de estos recintos cerrados.
Esta petición surgió con la pandemia pero detrás hay años de lucha de estos facultativos, que son funcionarios del Ministerio del Interior, para poder acceder al sistema informático del Sergas, el Ianus, y atender en mejores condiciones a sus pacientes.
El Consello Galego de Colegios Médicos, que preside Isidro Lago, acaba de enviar una petición formal al conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, para que los profesionales de prisiones puedan entrar en la historia clínica electrónica de los reclusos.
La forma de trabajo actual está llena de trámites, implica retrasos y exige la colaboración de médicos del Sergas a la hora de comunicar resultados de pruebas, hacer informes o pedir las pruebas PCR.
En Galicia hay unos 3.000 reclusos repartidos en las cinco prisiones de la Comunidad, que son atendidos por una veintena de médicos, enfermeras y otros profesionales, como psiquiatras y odontólogos. La enfermería es un módulo más de prisión con su consulta, su sala de curas y almacén de medicamentos y materiales fungibles. Allí se trabaja en turnos de mañana y tarde, además de las guardias.
Un día a día complicado
María Crespo es médico en la prisión de Pereiro de Aguiar. Asegura que no poder entrar en la historia clínica electrónica del Sergas es “un handicap tremendo” y supone un agravio comparativo porque compañeros de centros concertados o de residencias sí pueden entrar. “Nosotros podemos mantener la confidencialidad igual que ellos”.
Explica que a todos los internos les hacen una analítica para ver su estado general de salud y las infecciones que puedan tener. Hacen la extracción de sangre en el centro y lo envían al hospital de referencia, pero para eso necesitan el consentimiento informado de cada interno para obtener el resultado del Sergas. En el caso de las radiografías, una vez que se realiza la placa, los resultados tardan un tiempo en llegar. “Si pudiéramos entrar en la red del Sergas veríamos al momento el resultado, pero de esta forma tenemos que esperar a que nos hagan un informe”.
Los médicos de prisiones atienden todo tipo de patologías, desde enfermedades infecciosas a trastornos psiquiátricos y de personalidad, situaciones derivadas de la higiene y la alimentación (con muchos problemas dentales y de nutrición), así como enfermedades comunes que tiene la población general como diabetes, hipertensión, entre otras, y atienden también a mayores. Las urgencias son habituales desde un dolor de muelas a los arañazos que pueden surgir tras un partido de fútbol en la tele, peleas que requieren partes de lesiones en el momento, el control de los aislados, evaluar a los que ingresan o a los que deben cumplir una sanción, controlar las calorías de su dieta, y ahora también pedir pruebas PCR a través del Sergas, decidir cuarentenas, entre otras tareas. También derivan a sus pacientes a los especialistas de los hospitales cuando es necesario.
La doctora María Crespo pone el acento de nuevo en el paciente. “Cuando una persona está tres años en prisión, a la vuelta su médico de cabecera debería saber donde ha estado, los tratamientos que ha recibido, las condiciones en las que sale, si ha tenido un brote psicótico o lo que sea”, explica.
“El acceso al sistema sanitario es menos ágil para los reclusos”
Julio Jiménez es vocal de Administraciones Públicas del Consello Galego de Colegios Médicos.
¿Por qué los médicos de prisiones no tienen acceso a la historia clínica electrónica?
Porque la sanidad penitenciaria no está transferida a la Comunidad Autónoma, depende del Ministerio del Interior. Sí lo está en Cataluña y Euskadi y allí trabajan en red. Son pacientes igual que los demás, la diferencia es que están en recintos de los que no pueden salir. Esta situación hace que sus condiciones de acceso al sistema público de salud sean menos ágiles. El Senado había aprobado por unanimidad una propuesta en 2016 para transferir las competencias en materia de sanidad penitenciaria a las comunidades autónomas.
En cambio, el Instituto de Medicina Legal tiene acceso.
El Instituto de Medicina Legal de Galicia fue de los primeros de España hace cinco años que tuvo acceso a la historia clínica electrónica. Yo soy médico forense y eso cambió nuestra forma de trabajar. Nosotros podemos ver radiografías, analíticas o investigar si lo pide un juez cómo estaba esa persona en determinada época.
¿Cuál es el problema entonces?
Creo que es un problema técnico, tendrían que habilitar el sistema informático. En Galicia llevó poco más de un mes habilitarlo para el Instituto de Medicina Legal. No debe haber ningún problema legal. Son médicos que no pertenecen al Sergas pero tienen los mismos derechos y obligaciones que un profesional que accede a la historia clínica electrónica en cuanto a la confidencialidad y el secreto. Seguramente es una cuestión de voluntad política. Tendrían que ponerse de acuerdo.
¿Plantean de nuevo la batalla en plena pandemia por las dificultades que encontraron para evitar contagios?
El sistema penitenciario es delicado, es un sitio cerrado donde convive mucha gente en espacios comunes y con dificultades de aislamiento por motivos sanitarios. Durante la pandemia se habían suspendido visitas para evitar contagios. Los médicos de prisiones no pueden pedir directamente la PCR porque no están en el Ianus, tienen que llamar a un profesional del Sergas para que haga la petición y para que posteriormente les comunique el resultado. Ya se dio el caso de un positivo que no se supo hasta el lunes que estaba contagiado. Es importante para tomar medidas preventivas y evitar brotes en estos centros.
Los internos mejoran la adherencia a los tratamientos
Averiguar la medicación que tomaban los internos que llegan al centro es tarea complicada. Algunos se refieren a una pastilla pequeña de tal color y otros prefieren no decir nada, porque son tratamientos psiquiátricos con efectos secundarios no deseados. Y siempre hay un porcentaje de picaresca entre los que aprovechan para ponerse los dientes, las gafas, el análisis para ver el colesterol o si de un accidente pueden obtener una pensión. Los médicos tienen que poner orden en todo esto, hablando con ellos y haciendo llamadas, y en segundo lugar convencer a sus pacientes de los beneficios de cumplir los tratamientos. Los resultados muestran que los internos mejoran la adherencia a los tratamientos durante su estancia en prisión y esto hace que mejore su salud. Los médicos de prisiones deben cumplir distintos protocolos con los internos, el primero de ellos es concer su estado de salud y proporcionales el tratamiento que necesitan.
Al margen de esto, este colectivo médico aún no tiene fecha para vacunarse frente al covid a pesar de estar en primera línea de atención al virus.
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