La mayoría de las parcelas en Vigo se transmiten por herencia

Las compraventas son escasas entre terrenos rurales y la mayoría se producen entre terrenos limítrofes

Un vecino haciendo una consulta ante la oficina de catastro en el Concello de Vigo.
Un vecino haciendo una consulta ante la oficina de catastro en el Concello de Vigo.

La venta de parcelas rústicas es mínima. Ocurre en Vigo, en la provincia y también en el total de Galicia. A grandes rasgos, de nuevo apuntando al catastro, el 72 por ciento de las fincas rurales transmitidas en Galicia lo son por herencias, donaciones, permutas y varios. Únicamente el 28 por ciento de las parcelas rústicas transmitidas lo son por compraventa. En la mayoría de los casos se trata de transacciones por herencias, donaciones o sucesiones. Las pocas que se venden es básicamente porque son colindantes. El sector forestal y agro ganadero acaparan la práctica totalidad de las compraventas de parcelas rústicas. “Esta es la situación general: la mayoría de las fincas rústicas transmitidas en compraventa lo son por usos de caza, ganaderas, agrícolas o de recreo y ocio, o para complementar fincas ya en propiedad”, señala Benito Iglesias, cuya asociación patronal acaba de realizar un “mapa” de esta realidad gallega.

El presidente de los empresarios inmobiliarios de Vigo pone el acento en el reto de alimentar a la población europea y los cambios en los hábitos de consumo de la sociedad hacia una alimentación más sana como factores del potencial de inversión en el sector agroalimentario gallego. En su opinión, permitiría fijar población con empleos estables y de calidad en una Galicia vaciada “y con políticos sin visión, lo cual aún agrava más el problema”, asegura.

Sostiene Iglesias que aunque el rural y la Galicia vaciada lo son cada vez más, sin empleo y trabajo local jamás se fijará población por muchas bonificaciones fiscales que se creen (como eliminar el tributo a las transmisiones al adquirir una parcela rural). En cambio, considera que se puede hablar de una oportunidad de negocio en las parcelas grandes o donde exista “la gran asignatura pendiente de nuestro rural que no es otro que la concentración parcelaria para buscar rentabilidades y oportunidades reales de negocio”.

“Me estoy refiriendo -añade- a que diversos fondos de inversión buscan grandes extensiones de terreno para su transformación en negocios relacionados con la explotación agrícola, ganadera, agroindustrial o de placas fotovoltaicas. Sobre todo, a raíz de la crisis alimentaria, por lo que podemos nuevamente convertir el rural gallego en la gran despensa de calidad de España y la Unión Europea”.

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