Cáritas atiende en Vigo a 5.372 personas: cada vez más gallegos y más mujeres
La entidad ayudó en la Diócesis a 5.372 personas, la mayor parte de ellas mujeres que acuden tras perder sus trabajos con motivo de la crisis causada por la pandemia
La crisis social causada por la pandemia ha cambiado el perfil de las personas que se ven obligadas a recurrir a la ayuda de Cáritas en la Diócesis de Tui-Vigo. La Memoria de actividades muestra que la organización atendió durante el pasado año a 5.372 personas y los españoles fueron el colectivo que hizo un mayor uso de sus servicios.
En concreto, la población nacional pasó de suponer un 39% del total de las personas atendidas por Cáritas a un 45% en el 2020. Por el contrario, se rompió la tendencia al alza del colectivo de personas procedentes de los países de Latinoamérica y el Caribe que pasaron suponer el 48% a un 42%.
La gran mayoría de los hogares ayudados por Cáritas están bajo la responsabilidad de una mujer, una situación ante la que Gonzalo Davila, director de la organización en la Diócesis, refleja “que se sigue constatando la feminización de la pobreza”. A su vez, la franja de edad entre los 36 y 65 años es la que es la que concentra la mayor población, con un 66% de las personas que acudieron a los servicios de acogida, seguida de los jóvenes entre 18 y 35 años, que suponen el 28%.
Si bien los datos publicados en la Memoria de actividades reflejan que se ha producido un descenso en el número total de las personas acompañadas, debido principalmente a la imposibilidad de atender nuevas solicitudes de ayuda entre los meses de marzo y junio con motivo del estado de alarma y el confinamiento, desde la organización advierten que la crisis social continúa a día de hoy. “Este 2021 hemos visto aumentar las solicitudes en el programa de empleo, en el de apoyo psicológico y en el de asesoramiento jurídico”, señaló Davila durante la presentación de los datos.
Además, el director de Cáritas en la Diócesis destacó que una vez suavizadas las medidas de confinamiento han empezado a recibir cada vez a familias con perfiles más normalizados como personas que han perdido su trabajo o que han agotado las prestaciones de desempleo. También temen que la finalización progresiva de las ayudas sociales de la administración durante la pandemia podrían llevar a que muchas familias tengan que venir o volver a solicitar ayuda a Cáritas.
“Ojalá que estas previsiones no se cumplan pero nos tenemos que preparar”, aseguró Davila, que concluyó la presentación reivindicando que “la pobreza no puede ser invisible a nuestros ojos porque es real”.
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