O Marisquiño se reinventa e inicia apuestas que culminarán en 3 años

Vuelve O Marisquiño y lo hace por la puerta grande. Después de una edición de transición marcada por el covid, con accesos limitados y competiciones a puerta cerrada, recupera su esencia con las pruebas en espacios abiertos y gratuitos, pero con grandes cambios. Fieles al segundo fin de semana de agosto, amplían a cuatro días, del 11 al 14 de agosto, estrenando el jueves como Family Day. La coincidencia con el puente de la Asunción provoca expectativas de asistencia muy optimistas, marcándose el desafío de llegar a los 200.000 visitantes, un 10% más que en 2019.

Se encontrarán O Marisquiño diferente, mucho más ambicioso, ocupando una superficie de 150.000 metros cuadrados entre As Avenidas, el muelle de Transatlánticos, el Náutico y el espigón con la pista de BMX, la zona de Break Dance, graffiti, la batalla de gallos y el Dirt Jump, que regresa tras su cancelación el año pasado, además del Flatland; que se suman a las nuevas ubicaciones en el párking de Samil, que acogerá la pista de skate y la explanada de Vialia, donde se instalarán las pistas de Basket 3x3.

Recupera la música en directo con un concierto inaugural en Castrelos, el día 11, con Hijos de la Ruina y Wöyza, además de grupos y dj en el muelle de Transatlánticos y en Samil. De la programación, coordinada por Víctor Flores, solo adelantaron que tendrá presencia el talento local. El Descenso Urbano aspira en convertirse en uno de los cinco mejores del mundo, aumentando el recorrido desde la fortaleza de O Castro hasta O Berbés, con el salto Nissan en la Praza do Rei.

Por último pone en marcha un plan de movilidad sostenible, con la creación de un carril entre el centro y Samil por la avenida Europa para skate, favorecerá el uso del transporte público reforzando las líneas de autobús urbano entre las tres ubicaciones y aumentando la frecuencia de los barcos a Cangas hasta las 2 de la madrugada. La llegada a Vigo en tren o en autobús tendrá descuentos desde Madrid. Los trabajadores y deportistas se moverán en bicicletas y motos eléctricas.

Cuenta con un presupuesto de 1,450 millones de euros, unos fondos no cerrados que siguen aumentando, de los que 900.000 euros están puestos por las administraciones (600.000 por el Concello y la Deputación, y 300.000 por la Xunta). “El 60% de las aportaciones son de entidades públicas y el 40% privadas”, apuntó Joako Ezpeleta, director del festival, quien apuntó que en esta edición “se trata de no perder dinero y costear el evento, es una inversión para 2025; nos planteamos un gran reto y su éxito se va a decidir este año”, aseguró. El Puerto y Zona Franca también colaboran cediendo los espacios gratuitamente.

Junto Ezpeleta, intervinieron Manuela Concheiros, directora de infraestructuras y Carlos Domínguez, ‘Pity’, creador y propietario de O Marisquiño, quien indicó que este año ya recibieron 30 propuestas de posibles patrocinadores para futuras ediciones.

“Vendrá a conocer el festival esos días, habrá que enseñarles también la joya gallega, su gastronomía”, bromeó.