Margarita Estévez Toranzo: “Una mujer rectora en la UVigo tenía que acabar llegando y parece que va a ser así”

Universidad

"En el primer mandato de Docampo yo era la única mujer y en el equipo rectoral actual hay más mujeres que hombres, creo que hay que fijarse en estos avances"

Margarita Estévez recuerda con cariño las elecciones de 1994.
Margarita Estévez recuerda con cariño las elecciones de 1994. | J.V. Landín

La catedrática de Análisis Matemático Margarita Estévez Toranzo concurrió a las primeras elecciones propiamente dichas de la Universidad de Vigo –el proceso en el que se eligió a Luis Espada fue anterior a la redacción de los estatutos– en 1994, perdiendo contra el que terminó siendo el segundo rector de la UVigo, José Antonio Rodríguez Vázquez, por 129 votos a 108, de 250 posibles. En su momento no lo intuía, pero aunque fue la primera mujer en presentarse a estas elecciones, ha sido la única en hacerlo en 31 años. El anuncio de Belén Rubio como candidata de H2040, el grupo del actual rector, Manuel Reigosa, rompió esa racha negativa. Otra lista, la de Nós-Universidade, de momento liderada por Carmen García Mateo, está pendiente de anunciar su candidatura oficial.

¿Cómo vivió esas elecciones de 1994?

Las viví con muchísima ilusión. No sólo yo, sino todo ese profesorado joven que nos acabábamos de segregar de la Universidad de Santiago. Quedaba todo por hacer. Hubo que redactar los primeros estatutos de la universidad y yo formé parte de la comisión redactora. Éramos todos jóvenes y acabamos formando un grupo que fue configurando Gaude (Grupo Aberto Universitario de Debate). Quedaba todo por diseñar: las titulaciones, los grupos de investigación… No sólo en Vigo, sino en los tres campus. Esa ilusión hizo que se trabajara muy bien.

¿Qué le llevó a presentarse en aquel momento?

Venía de terminar mi primer mandato como directora de Económicas, donde fui decana del 90 al 93. Era el centro más importante de la Universidad con 4.000 alumnos en aquella época. Estaba muy involucrada en el grupo Gaude, que más tarde derivó en Alternativa Universitaria, y los compañeros me animaron a que encabezara la candidatura. Acababa de cumplir 41 años y tenía 3 niños pequeños, pero mi familia también me animó, por lo que decidí aceptar. Era otro contexto, no había sufragio universal y votaba un claustro de 250 personas que representaban a los distintos estamentos de la Universidad.

¿Cómo recuerda la campaña electoral? ¿Hubo mucha tensión?

No tengo ningún mal recuerdo de tensión. Viajamos mucho, visitamos todas las facultades de los tres campus y supongo que en la otra candidatura lo hicieron también. Teníamos bastantes apoyos, pero no salieron los números. Ganó Rodríguez Vázquez, que intentó repetir en el 1998 y ahí sí que ganó nuestro grupo y pasé a formar parte del equipo rectoral de Domingo Docampo como secretaria general.

Formó parte del equipo de gobierno de la UVigo durante más de una década, primero con Docampo y luego con Salustiano Mato. Vivió todo tipo de cambios, ¿cuáles fueron los más duros?

Las épocas duras que sucedieron a la crisis del 2008 con restricciones en Educación, recortes en la capacidad de contratar profesorado… Se jubilaba la gente y no se podían cubrir las vacantes. Las plantillas envejecieron muy rápidamente.

¿Cómo ve a la UVigo en comparación con el 1994?

Ya no tiene nada que ver. Es una Universidad competitiva en todos sus ámbitos con titulaciones muy consolidadas, algunas de referencia nacional. Tiene también grupos de investigación muy competitivos que consiguen captación de recursos en el plano internacional. El handicap ahora, que es general y derivado de esa crisis del 2008, son las plantillas envejecidas. Se necesita hacer un esfuerzo de relevo generacional. Dar prioridad a ensanchar la base por abajo con profesorado joven recién titulado que vaya diseñando la nueva UVigo.

¿Qué opinión le merece haber sido hasta ahora la única mujer candidata a rectora?

Tener una mujer como rectora tenía que acabar llegando y parece que va a ser, tanto en Santiago –hay 5 candidatas al Rectorado, todas ellas mujeres para las próximas elecciones de la USC– como aquí. ¿Por qué otras no dieron el paso antes? Hay tantas razones que rodean el entorno de las mujeres que no encuentro una razón concreta. 31 años parecen muchos pero no hubo tantos periodos electorales, y dos de los rectores fueron reelegidos sin mucha elección interna. Cuando yo era decana de Económicas en mi primer mandato iba a reuniones de decanos de toda España y muchas veces yo era la única mujer decana de facultades de Económicas de toda España. Y en el primer mandato de Docampo yo era la única mujer del equipo de un conjunto de unas 10 personas. En el segundo, éramos 2. Y si ves ahora, decanas y directoras de departamento hay tantas como hombres. En los equipos rectorales que fueron sucediéndose había tantas mujeres como hombres, y el actual tiene más mujeres que hombres. Creo que también hay que ver todos estos avances sin negar la realidad.

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