¿Al mar o a puerto?: la gran pregunta sigue vigente 20 años después del 'Prestige'
División de los expertos, la sentencia avaló al Gobierno y el peligro sigue: 36.000 buques pasan al año ante Galicia
Desde que se produjo el accidente y el posterior naufragio quedó abierto el debate sobre lo que habría que hacer en un caso así: si remolcar el barco a mar abierto o acercarlo a un puerto donde controlar el vertido. La Administración sostuvo que alejar el barco de la costa evitó una tragedia todavía mayor. “A toro pasado, todos acertamos. A cuatro millas de la costa y con el buque condenado a embarrancar, tomamos las decisiones adecuadas para alejar el peligro de la costa”, dijo el entonces ministro Álvarez-Cascos. El debate sigue abierto y la amenaza sigue ahí: ante las costas gallegas pasan al año de media unos 36.000 buques, de ellos una buena parte (el 35 por ciento según Greepeace) con cargamentos peligrosos, desde petróleo a químicos, lo que supone unos 250.000 en estas últimas dos décadas. La probabilidad de otro accidente es muy alta. Y las opiniones difieren notablemente incluso entre los expertos. Aquí, cuatro opiniones, con la sentencia del “Prestige”, que en general avala la tesis del Gobierno de entonces.
-South Tyneside, universidad de Reino Unido: llevarlo a Corcubión. Según las simulaciones realizadas en el South Tyneside College, en noviembre de 2006, el buque podría haber sido remolcado satisfactoriamente y llevado a puerto o a zona de abrigo con las tres combinaciones de remolcadores probadas en la simulación, y en diferentes condiciones climáticas, ya fueran estas moderadas o duras. Estas simulaciones dejaron claro que si se hubiera llevado a la altura de Finisterre, las condiciones de abrigo de la zona habrían incidido en un menor oleaje y en que el buque podría haber sido anclado a una milla de la costa, en un lugar protegido. Smit Tak realizó varios ejercicios de simulación que incluyeron incluso la posibilidad de rotura de uno de los cables de remolque en condiciones climáticas extremas y con fuerte oleaje y, a pesar de estas, Reinigert se reafirmó en que el buque podría haber sido ser controlado con éxito y anclado. No obstante la abogada del Estado intentó poner en aprietos al testigo y, ante la posibilidad que se rompiera uno de los remolques dentro de la propia bahía de Corcubión, Reinigert explicó que esta situación se habría podido resolver inmediatamente haciendo retroceder al buque hacia alta mar.
-Universidad de la Laguna: a Vigo, Coruña o Ferrol, descarta Corcubión. Como resultado de las simulaciones desarrolladas, el puerto exterior de Ferrol, a 56 millas de la posición del Prestige, se considera una opción viable, ya que dispone espacio suficiente para realizar las maniobras pertinentes. Coruña dispone de todos los medios disponibles para recibir el buque “siendo otra de las propuestas que las autoridades del Gobierno podía haber decidido para ubicar el buque”. No obstante, recuerda los distintos buques que han encallado, embarrancado, incendiado, que provoca un sentimiento de desconfianza. Descarta Corcubión por escaso calado y una segura embarrancada. Y sobre Vigo, señala que cumple los requisitos de calado y además se trata de un puerto “que dispone de todos los medios de salvamento posible”. Sostiene que “nadie duda que la decisión de alejar el Prestige, en vez de auxiliarlo en aguas abrigadas, constituyó un trágico y carísimo error”. “La decisión errónea de alejar el petrolero no era la única viable, pues había diversas opciones alternativas, pero sí era desde luego la peor solución. Al petrolero, había que rodearlo con sucesivas barreras y proceder a trasvasar su cargamento. En la hipótesis de haber introducido al Prestige en un lugar de refugio el peor escenario posible era la rotura del petrolero por la zona herida, lo que habría supuesto una descarga de unas 12.000 toneladas de fuel. Naturalmente, una gran contaminación, pero en zona controlada y con posibilidades reales de bombear la carga del pecio. A la vista de lo anterior sabemos que el buque hubiera aguantado sin problemas, considerando en aquellos momentos lo más probable era el salvamento del buque y de su carga, y un derrame contaminante escaso y controlado. La actuación correcta era la que solicitaba el capitán Mangouras: refugiar al Prestige de las condiciones, trasvasar su carga para evitar el vertido contaminante, y luego decidir qué hacer con el buque”.
-Empresa Siport XXI: llevarlo a puerto era un desastre. Un informe presentado en el juicio del “Prestige” encargado por la Administración española señalaba que la posibilidad de abrigar el 'Prestige' en Corcubión era una maniobra de "alto riesgo". Señala que el "Prestige" no podía girar el rumbo al sur -hacia Corcubión- sin la ayuda de "tres o cuatro remolcadores". Según la simulación de la empresa Siport XXI, el remolque a Corcubión y su entrada en la ría sería una "maniobra de mucha complejidad" con un importante "riesgo de fallo". "La probabilidad de entrar con éxito en Corcubión era muy baja", dice. Afirma como inevitable el daño ambiental dada la situación del petrolero. En el caso de haber sido trasladado a Corcubión, la afección se concentraría en el interior de la ría dañando una zona de especial valor ambiental. Los expertos de la firma aclararon, además, que ningún estudio científico permite asegurar que alejar el vertido reduzca la afección medioambiental aunque sí aumenta el tiempo para realizar las labores de recogida.
-La sentencia: correcto alejar el barco. El fallo de la Audiencia señala que dadas las condiciones del mar y el estado del Prestige, así como su proximidad a la costa gallega, era casi inminente que embarrancase en la costa con consecuencias concentradas pero muy perjudiciales para su delicado equilibrio ecológico, de manera que casi todos los expertos coinciden en que la decisión inicial de alejamiento fue correcta. La sentencia admite que otros expertos apuntan a que una vez firme el remolque del petrolero y sin riesgo inminente de choque con la costa, lo lógico, lo prudente y lo técnicamente correcto era refugiar el buque en un puerto o ría para transvasar su carga o llevarlo a aguas tranquilas en alta mar para proceder del mismo modo. “Esta última posibilidad es muy atractiva, pero tiene una doble dificultad, nadie ha señalado con precisión dónde estaban esas aguas más tranquilas y si se refieren a una posibilidad al sur de la posición del buque, los portugueses estaban decididos a impedirlo por la fuerza, así que las alegaciones de que el Prestige tuvo un rumbo errático parecen poco fiables, porque todo demuestra que el alejamiento trataba de evitar que el vertido afectase masiva y gravemente a nuestras costas y además se esperaba que el hundimiento acabase con el vertido por congelación del fuel, lo que no se produjo, posibilitando la recuperación en el pecio del fuel, como así ocurrió, sin perjuicio de admitir que el vertido continuó una vez hundido en términos importantes pese a la trivialización del mismo por las autoridades españolas, que no calibraron debidamente las consecuencias de ese hundimiento”, dice el texto. Añade que las autoridades españolas contaban con asesoramiento técnico correcto y más que suficiente. Por último, la sentencia descarta puertos: A Coruña por las precarias condiciones de acceso ya en circunstancias normales. Vigo tampoco era factible, pese a la petición expresa de la empresa de salvamento: “la proximidad a un parque natural (Cíes) lo desaconsejaba, si bien en definitiva no pudo evitarse que el vertido afectase a ese parque”. Sobre Corcubión, el fallo apunta que no estaba protegido del viento reinante en los días de autos, las dificultades de la maniobra de acceso eran importantes y, naturalmente se destruiría el ecosistema de la zona y se afectaría de forma decisiva a la población local, “siquiera también se haya dicho que tanto la riqueza ecológica y la marisquera de la zona así como su población eran escasas y, por tanto, sacrificables, esto es, se trataría de un mal menor”. En definitiva, concluye que "nunca se ha dicho cuál sea la decisión correcta a tomar y el protocolo a seguir en el supuesto no desdeñable de que se repitiesen hechos similares". También exculpó a López-Sors, director de Marina Mercante: “Todas sus decisiones estaban orientadas a salvar vidas humanas y no hubo ni un herido; a proteger en la medida de lo posible las costas y aunque hubo un vertido catastrófico, se consiguió en términos de posibilidad de recuperación medioambiental y económica como ha sucedido, es imposible calificar esa conducta como delictiva o imprudente" y añade que fue "consciente, meditada y en gran parte eficaz dentro del desastre ocurrido que no provocó la administración española, sino que lo gestionó con profesionalidad, adecuación y en condiciones muy desfavorables”.
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