Madera de constructor para replicar las iglesias románicas de Vigo

Rosendo Estévez realizó maquetas de los templos religiosos de Bembrive, Castrelos y Coruxo, un hobby que nació tras su jubilación

Las iglesias de Castrelos, Bembrive y Coruxo hechas en madera.
Las iglesias de Castrelos, Bembrive y Coruxo hechas en madera.

Un hobby que se convirtió en pasión tras la necesidad de matar el tiempo. El vigués Rosendo Estévez, jubilado de forma anticipada debido a problemas de movilidad, encontró hace 20 años una forma de “combatir el aburrimiento”, tras cesar su actividad profesional. Comenzó creando carros y hórreos de madera, hasta que dio el salto y crear iglesias. Concretamente las de estilo románico que hay en la ciudad. “Estaba en Tui y tenía a Vigo un poco olvidada. Así que me puse un reto difícil con la iglesia de Santa María de Castrelos, porque tiene detalles muy complicados como el campanario y las cruces”, afirmó Estévez. Una vez finalizada, necesitó ayuda divina para continuar con sus creaciones: “Al cura de Castrelos le encantó, y me animó a seguir haciéndolo para hablar con el obispado y crear una exposición”. Aunque, de momento, este proyecto se encuentra en ‘stand by’, “no lo hice por eso, sino porque me llena de orgullo terminar las maquetas y ver lo bien que quedan”. Así nació la iglesia de San Salvador de Coruxo y la de Santiago de Bembrive.

Para ello realiza un trabajo exhaustivo, digno de un maestro de la carpintería aunque “yo no tengo idea de eso. Las piezas, de madera noble, me las realizan unos carpinteros profesionales porque tienen que ser muy diminutas”, pero en las labores de montaje está la complejidad: “Puedo echar unas 100 horas en acabar cada iglesia. Al ser muy exigente, quiero que quede perfecto. Con algunas tuve que hacer su entrada hasta cuatro veces porque no me gustaba cómo quedaban los detalles”. Las maquetas, hechas a escala 1:100, tan solo cuentan con 1 milímetro de margen de error en lo alto y en lo ancho. Un trabajo de “hilar fino, pero en eso tengo maña”.

Comenzó con elementos muy sencillos para ir dando complejidad a sus creaciones, aunque hay una que se le resiste: “Llevo con la idea de realizar la iglesia de San Miguel de Bouzas desde 2021, pero es casi imposible. Tiene unos detalles en la entrada que son muy difíciles de reproducir en madera”. Ya sea expuestas en un museo eclesiástico o instaladas en su hogar, Rosendo seguirá con su hobby para matar el aburrimiento, ganándose el cariño de sus vecinos: “Algunas las vendo a la gente cercana, pero a un precio simbólico. Cincuenta céntimos o un euro”. Además de carros e iglesias, reconoce que también realiza “relojes de madera o monedas. Voy variando de vez en cuando porque no me gusta caer en la rutina".

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