“Lazos” de más de 200 años entre Argentina y Vigo
El consulado de la República Argentina en Vigo celebró el aniversario de su independencia con el objetivo de seguir “compartiendo sentimientos” pese a “las circunstancias políticas”
Argentina y Vigo, un mismo sentimiento. El Consulado de la República Argentina en Vigo celebró ayer los más de 200 años de unión con la ciudad y con Galicia tras proclamarse como nación independiente el 9 de julio de 1816. Un acto emotivo donde, para certificar esa confraternidad, se cantaron los tres himnos (Argentina, España y Galicia), así como la celebración de un almuerzo donde acudieron autoridades, personalidades de la ciencia y la cultura argentina residentes en Galicia y cinco veteranos de guerra que actuaron en las Malvinas en 1982, tres de ellos gallegos. Entre las autoridades acudieron el alcalde de Vigo Abel Caballero, el secretario xeral de Emigración de la Xunta, Antonio Rodríguez, así como la delegada territorial del organismo autonómico en Vigo Ana Ortiz.
La cónsul, Silvana Méndez, rememoró los primeros pasos de la nación argentina, un “camino complejo” que fue acompañado por “culturas cercanas debido a la fuerza migratoria”. Galicia en general, y Vigo en particular, colaboraron para hacer crecer un nuevo país que “no se puede entender sin la cultura gallega, ni Galicia sin la intervención de Argentina”. Por tanto, ayer fue para todos los presentes “un día de festejos, porque podemos extrañar los encuentros el domingo con la familia, o compartir mate, pero tenemos la suerte de pertenecer a una familia que nunca será lejana”.
Antonio Rodríguez brindó por la unión entre naciones, un lazo que nunca se debe romper “más allá de las circunstancias políticas”, en referencia a las desavenencias entre los gobiernos español y argentino en las últimas fechas. “Una parte de las familias gallegas son argentinas, por eso tenemos que celebrar juntos la historia de este país y desearle lo mejor”, apuntó el secretario xeral. Con un total de 200.000 gallegos en tierras argentinas, según mencionó Rodríguez, “Galicia y Argentina siempre irán de la mano, y ninguna beligerancia política podrá romper esta hermandad”.
Caballero, por su parte, aseguró que Vigo y Argentina “somos como hermanos”, en referencia a una forma de entender la vida de manera similar y haciendo énfasis en la emigración pasada: “Si repasamos la historia, encontramos tantos y tantos antepasados nuestros en Argentina…y eso es imposible de romper”. Elogió la actividad de Silvana Méndez en su segunda etapa al frente del consulado argentino en Vigo y valoró la integración de la ciudad viguesa con todas las nacionalidades extranjeras que llegan buscando un futuro mejor: “Todos somos lo mismo, da igual donde naciésemos”. Más de 12.000 kilómetros y un océano separan Vigo de Argentina aunque, para algunos, esa distancia apenas existe.
Un secreto guardado por años con las Malvinas de fondo
Tres de los presentes ayer en el aniversario de la independencia de Argentina guardaron un secreto durante años que, ya en el 2010, pudo ser relevado: Habían trabajado como espías de los ingleses en la guerra de las Malvinas. Fernando Otero, Juan Casás y Alejandro Martínez eran tres pescadores vigueses y del área que, en el 1982 embarcaron en el “Usurbil” para navegar por aguas Atlánticas. Una vez allí, se vieron envueltos en el conflicto. “Nosotros salimos a pescar como cualquier otro día, cuando de sorpresa nos metieron un militar a bordo en una lancha”, apuntó Otero. Fue tomado para controlar los movimientos de la flota inglesa, una especie de embarcación espía que fue militarizada “porque pensaron que el barco era de ellos, cuando en realidad era de la empresa Vasco-Gallega de Vigo”.
Con una tripulación de 27 argentinos y 22 vigueses, la flota pasó 23 días en una misión peligrosa que no llegó a más porque “sabían que estábamos nosotros a bordo, por eso no lo hundieron, pero a otro que estaba en la misma misión sí que se fue al fondo del mar”.
Pensó Otero que lo vivido en 1982 era un secreto de guerra y lo guardó en su memoria hasta que en el 2010, navegando en Internet, “vi que a los compañeros argentinos que estuvieron con nosotros en el barco lo habían contado y fueron condecorados y pensionados por ello en 1999”. Otero reclamó y reconocido en el año 2016 tras una larga lucha por demostrar que estuvo dentro de aquella embarcación. Luego, recomendó a Casás y a Martínez, también condecorados. El secreto se desveló y el “Usurbil” actualmente se encuentra encallado y oxidado en Ingeniero White, en Buenos Aires.
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