Lara A. Serodio: "Nos educaron en el amor romántico y si alguna es infiel se sentirá culpable"

La viguesa Lara A. Serodio acaba de publicar “La piel infiel”, su última novela

Publicado: 20 ene 2024 - 03:30 Actualizado: 20 ene 2024 - 19:04

La viguesa Lara A. Serodio aborda la infidelidad en su última novela.
La viguesa Lara A. Serodio aborda la infidelidad en su última novela.

Lara A. Serodio (Vigo, 1984), redactora, guionista y directora creativa publicitaria, presentó a los lectores de Atlántico su última novela “La piel infiel” (NdeNovela). Asegura que, pese a la primera impresión, “no hay un origen concreto de la historia, cogí pinceladas de todas partes, me apetecía hacer una historia donde contase la infidelidad desde el punto de vista femenino y masculino porque no se valora de forma igualitaria”.

¿Se perdona más infidelidad en el hombre que en la mujer?

La idea de infidelidad es un tabú, pero sigue habiendo una brecha de género muy grande. Las infieles por excelencia, Madame Bovary, la Regenta o Anna Karenina, fueron condenadas por atentar contra los valores. A día de hoy la diferencia no es tan grande. Nos educaron en la idea del amor romántico y si alguna es infiel se sentirá culpable. En el caso de los hombres se consideran más fríos, con instinto animal. Me interesaba un personaje femenino que no se sintiese mal. Sin embargo, en el protagonista masculino quería abordar otro punto de vista más vulnerable, es infiel para huir de la pena que siente al haber perdido un hijo. En ese dolor justifica su búsqueda del placer.

¿Por qué las escenas de sexo son tan explícitas?

Es la tercera vez que empleo el sexo como un vehículo para hablar en realidad de unos personajes. Es una herramienta para pensar, incomodar y hablar de los límites en los personajes. Es explícito porque quería mostrar un sexo realista, no evocaciones.

¿Se sigue sintiendo pudor al hablar de sexo?

En la literatura se usan todo tipo de palabras para que la gente no se escandalice. Creo que tenemos una idea preconcebida de la novela erótica como si fuera porno, pero estas escenas no están escritas para calentar o provocar sensaciones en el estómago.

Insatisfecha de su matrimonio, la protagonista busca una salida en una relación tóxica, pero, como en sus referentes, el castigo no será su destino.

Era importante darle una salida porque parece que las adúlteras están abocadas al suicidio. No la quería castigar, quería que aprovechase la oportunidad para crecer. En este punto su abuela juega el rol de la esperanza. No se siente cómoda ni en casa, ni en el trabajo, mi intención era que tuviese un lugar donde estar segura y cuidada, la casa de la abuela.

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