El kilómetro más dulce de Vigo
La inauguración de la primera turronería de Vigo consolidó el carácter goloso del eje Príncipe-Elduayen
La expectación era máxima ayer en las galerías Príncipe, 22. En la entrada, un pequeño puesto de venta de turrón artesano levantó su verja por primera vez. Un producto peculiar que está llamado a sustituir los tradicionales gofres que hasta hace unos años inundaban con su aroma toda la calle peatonal.
Los turrones aumentan la oferta gastronómica del entorno en el kilómetro cero de Vigo, el eje desde Príncipe a Elduayen. A unos metros, en plena Porta do Sol renovada, se encuentra el local de Sémola. Una firma gallega que condiciona parte de sus postres a la temporada. En su escaparate destacan los huesos de santo, los buñuelos o los pasteles de tumbas.
La tercera parada, ya en la calle de Elduayen, es la pastelería más antigua de Vigo. Una referencia centenaria, El Buen Gusto fue traspasada varias veces en los últimos años. Sus actuales propietarios, de origen argentino, elaboran recetas habituales en Latinoamérica. Los combinan con los clásicos del local, cristinas o las populares tartas de cumpleaños.
Los tres establecimientos tienen en común contar con obradores propios. A estos hay que sumarle en la zona el modelo de café portugués, que dispone de un expositor con dulces para acompañar con la consumición.
La remodelación del entorno de Porta do Sol supuso también una remodelación de los negocios. La gastronomía ha tomado mayor peso en el espacio con la apertura de superficies dedicadas a cafeterías con amplias terrazas que aprovechan el espacio público, pero también establecimientos especializados como un segundo local de A Tapa do Barril, franquicia viguesa que convirtió la empanadilla en un delicatessen.
Es previsible que aumente la variedad en propuestas una vez finalicen las obras de Elduayen que dificultan su acceso.
Cerca de 150 clases de turrón artesanal con variedades de Albariño, Licor Café o cerveza 1906
La Navidad de Vigo ya tiene sus propios turrones, pero para todo el año. Antonio José Vega, artesano turronero de Figueras, inauguró ayer su puesto de venta y su obrador en la ciudad, en las galerías Príncipe, 22, bajo el nombre La Fomigueta Vigo. Llegó hace dos años atraído por el fenómeno de las luces navideñas. Probó instalando un stand en el mercadillo navideño, Cíes Market, en la Alameda. La primera experiencia resultó muy positiva y la segunda, mejor. Así, el que se denomina a sí mismo como turronero surrealista decidió trasladar de forma permanente el tenderete desde Cataluña a Vigo. En el muestrario presentó variedades realizadas especialmente para la ciudad, con materia prima de cercanía y realizado también en Vigo. Ofrece cerca de 150 clases de turrón. A las especialidades más conocidas se suman recetas específicas, inspiradas en la gastronomía y en las bebidas más populares de Galicia. Se pueden encontrar desde los realizados con Albariño al de Licor Café, aunque también los hay para los amantes de la cerveza con un especial 1906.
“Hacemos alfajores y facturas argentinas”
La pastelería El Buen Gusto, situada en Elduayen, es la más antigua de la ciudad, testigo de los cambios que experimentó la calle. Fue inaugurada por Pedro Iturbe en 1911 y en 1980 adquirida por inmigrantes uruguayos retornados que hace tres años la traspasaron a los actuales propietarios. “Nos tocó una época mala, abrimos justo en la pandemia y después las obras de humanización que no sabemos cuándo acabarán”, reconoció Luigi Dutto Acuña, que lleva junto a su hermano el obrador. Con familiares argentinos, mantienen parte de la identidad latina que su escaparate. Junto a especialidades como las milhojas y el merengue se encuentran las facturas argentinas, los alfajores o los pastafroles. También mantiene la tradición del local en la elaboración de las tartas de gran tamaño. Como novedades ofrecen café para llevar y helados. “El perfil de los clientes es variado, desde los latinoamericanos que vienen en busca de sus dulces nacionales a la gente del barrio que está acostumbrada a comprar los bollos”, afirma Acuña.
“Es la época de los buñuelos y de los huesitos de santo, la novedad es el sabor a Nutella”
En pleno corazón de Porta do Sol, la pastelería Sémola ofrece a los viandantes una gran variedad de dulces y bocadillos salados de distintos tamaños. “En esta época lo que más demanda tiene son los buñuelos y los huesitos de santos que hacemos en nuestro obrador, están compuestos por tubo de mazapán con cremas de distintos sabores, la novedad de este año es los de Nutella”, explica la encargada, Lorena Coira. Se ofrecen también en paquetes para llevar junto a los pasteles de chocolate en forma de tumba. Es la tercera tienda abierta en la ciudad de la pastelería de capital vigués. Los otros dos establecimientos se sitúan en la avenida Camelias y en la calle Marqués de Valladares. Funciona desde hace ocho años, tiempo en que la situación cambió: “Con el bum turístico que está experimentado Vigo ni siquiera los veranos son tranquilos”. Cruceristas, visitantes y clientes fijos coinciden en la pastelería, que se ha convertido en un referente en la plaza humanizada. Adaptándose a las nuevas condiciones instaló una terraza para consumir.
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