A juicio en Vigo un presunto violador, que fue ‘cazado’ 10 años después por el ADN
La Fiscalía pide casi 17 años de cárcel para el hombre acusado de una brutal agresión sexual y robo a una trabajadora del Xeral
Una brutal agresión sexual ocurrida hacia una trabajadora del antiguo Hospital Xeral llegará a juicio doce años después. El ataque a la víctima, que fue objeto primero de robo violento con un objeto punzante y después de violación repetida, quedó sin esclarecer durante casi una década, ya que este se produjo de madrugada y sin testigos que pudieran identificar al autor. Sin embargo, el presunto agresor, con varios antecedentes, fue descuidado en otro golpe cometido en 2022, un robo en un piso. Se dejó una prenda de ropa y el ADN extraído no solo arrojó luz para ese hecho delictivo sino que le vinculó directamente con la agresión sexual.
La Fiscalía solicita para el acusado cuatro años y nueve meses de cárcel por el robo con violencia con la agravante de reincidencia y doce años más por la violación, además de 50.000 euros para la víctima por los daños morales.
Los hechos, que serán juzgados la semana próxima en la sección quinta de la Audiencia, tuvieron lugar en 2013, una madrugada. Según el escrito de acusación, el acusado observó que la mujer salía de trabajar del Hospital Xeral y se dirigía hacia una parada de autobús pasando por una explanda de tierra que se utilizaba como aparcamiento. Allí, se acercó a ella y le pidió un cigarrillo, pero, con “intención de apoderarse de lo que tuviera de valor la víctima, la abordó por la espalda colocándole uno de sus brazos por encima del hombre, tapándole la boca” mientras con la otra mano le colocaba un objeto punzante en la espalda mientras le decía: “Como grites te pincho”, exigiéndole el dinero. La víctima le entregó 15 euros que llevaba y varias monedas. Tras coger el dinero y manteniendo el arma, condujo a la mujer a un lugar más apartado, empujándola contra el lateral de un vehículo estacionado, de espaldas a él, bajándole los pantalones y la ropa interior, forzándola hasta en tres ocasiones. Una vez, se vistió, el agresor se percató de que la víctima llevaba una cadena de oro al cuello y de un fuerte tirón se la arrancó, tras arrebatarle también un anillo y un reloj y exigiéndole que no se girase ni lo mirase, huyó.
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