El joven acusado de un hackeo sexual en Instagram: “No fui yo”

Dos años y medio de prisión es la pena que la Fiscalía solicita para un acusado de sustraer el móvil a una alumna de su mismo instituto y desde dicho terminal modificar el perfil de otra adolescente con una imagen y texto de contenido sexual.

El joven, que desechó un acuerdo con el Ministerio Público al defender su inocencia, aseguró que “yo no fui”. En 2018, cuando ocurrieron los hechos él era alumno del mismo instituto en el que estudiaban la dueña del móvil sustraído y su amiga, pero estudiaba en horario nocturno, por lo que no acudió, dijo, durante el día. Lo confirmó el director del centro quien declaró que “es complicado que un alumno de la tarde acceda en otro horario que no le corresponda sin llamar la atención. Tiene que dar explicaciones en conserjería”.

Tampoco le vieron las perjudicadas, que no le conocían. La dueña de móvil incluso pidió ver las imágenes de las cámaras de seguridad en las que no apareció. En su terminal, que no tenía contraseña, estaba la cuenta de Instagram de la otra chica, cuyo perfil modificaron de forma obscena siendo visto por más de 2.000 seguidores. A quien sí conocían ambas era a la entonces novia del acusado, y entre las tres no había buena relación. Todas ellas lo reconocieron.

La propia ex del chico le exculpó directamente en la vista, asegurando que él no tenía nada que ver. La prueba que inculparía directamente al acusado es la wifi desde donde se accedió al móvil, y que era la suya. “Mi novia vivía en el mismo edificio que yo y le dejé mi contraseña para que la usara incluso en una ocasión le vi con un móvil igual que el sustraído”, afirmó en el juicio. La aludida corroboró sus palabras, “es cierto que yo tenía acceso a la wifi y que tenía un móvil igual que el robado o puede que fuera el mismo, no lo sé. Lo cambié por otro en el instituto, pero a mí me lo dieron reseteado”, testificó. Sus palabras no sirvieron para que la fiscal modificara su escrito de acusación pero sí para que pidiera deducir testimonio al considerar que la chica podía estar mintiendo en el juicio a favor del que había sido su pareja en el pasado. La defensa solicitó la libre absolución ante la falta de pruebas concluyentes y las dudas razonables sobre la culpabilidad.