"Jesús de Nazaret tenía pretensiones regias Y un claro paralelismo con Jomeini y el Islam"
ANTONIO PIÑERO CATEDRáTICO EMéRITO DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
El catedrático emérito de la Universidad Complutense, coautor de la novela «El trono maldito», que presenta a Juan Bautista y a Jesús de Nazaret en un contexto realista del Israel del siglo I, participó este jueves en el V Ciclo de Conferencias Baiona Cultural que se desarrolla en la Capitanía Marítima de la Villa.
En esta conferencia, Antonio Piñero (Chipiona, 1941), considerado uno de los mayores expertos en la figura de Jesús de Nazaret y el Nuevo Testamento a nivel mundial en su aspecto estrictamente histórico, explicó la importancia del siglo I en el aspecto político.
Piñero, que cuenta en su trayectoria con 42 libros publicados, (más de veinte sobre Israel del siglo I), publicó en octubre de 2014 junto al novelista José Luis Corral "El trono maldito" (Planeta), la continuación de "La puerta de Damasco" (1995), finalista del Premio Planeta, que vendió unos 7.000 ejemplares.
Tres años después, comenzó a escribir la segunda parte, ¿Por qué tardó tanto en publicarse?
Cuando escribí los primeros 400 folios vi que más que una novela era un relato y no me gustó. La guardé en mi cajón durante 15 años hasta que encontré José Luis Corral, catedrático de Lengua y Literatura Medieval en Zaragoza y que ha escrito con ésta 19 novelas históricas. De inmediato pensé "este es el individuo que puede transformar un relato como el mío en una novela". Juntos, pero sin vernos, durante año y medio fuimos re-escribiendo la novela a través de una colaboración por correo electrónico.
¿Y funcionó bien este sistema de colaboración on-line?
Sí, pero solo se puede escribir algo entre dos cuando uno se sacrifica por el pueblo; es decir, si alguien escribe la novela entera y está bien concebida como en este caso. José Luis Corral no ha cambiado un solo personaje, ni una sola citación, pero le ha dado forma de novela, sobre todo a los diálogos. En cuanto nos unimos los dos, Planeta cayó en la cuenta de que Corral era ya un novelista histórico reconocido y que yo tenía como filólogo mi reconocimiento, de manera que sin haber leído ni media línea, solamente con el título y el nombre de los dos, nos hizo el contrato. Desde su publicación, en octubre de 2014 se han vendido más de 9.000 ejemplares.
¿Qué ha descubierto sobre la figura de Jesús de Nazaret?
-El aspecto judío de Jesús de Nazaret, su aspecto político. En el siglo I proclama el reino de Dios en un país colonizado por Roma, algo que supone proclamar un rey y un reino donde no caben ni Tiberio ni Poncio Pilatos y, por lógica el que no tiene cabida en el Imperio es Jesús. El aspecto político de Jesús está silenciado en la predicación actual y muy difuminado en los evangelios. Hay alrededor de 30 indicios, algunos muy claros del aspecto político de Jesús o el aspecto del Reino. El reino de Dios es Israel, es material y no vendrá mañana, es la implantación de la soberanía de Dios en Israel, la expulsión de los romanos, el que la norma de vida sea la Ley de Moisés. Se observa un paralelismo con Jomeini y Alá.
¿Cómo se puede definir a Jesús de Nazaret desde una perspectiva histórica?
Jesús tenía pretensiones absolutamente regias y no hacía demasiados ascos a la violencia. Sus amigos eran Pedro, Santiago y Juan que eran gente violenta y fuerte. Negó el pago del impuesto pero lo hizo de una manera críptica. El denario dáselo al Cesar, dijo, pero el impuesto, es imposible que el Reino de Dios se lo pague al César. Sería considerado como una infidelidad al judaísmo.
¿Y los milagros?
Creo que Jesús fue un personaje carismático, que atrae a las masas, un hombre de carácter fuerte y verbo incendiario y un sanador capaz de apoderarse del espíritu de una persona y sanarla incluso mediante exorcismos. Las enfermedades eran atribuidas a los demonios, por tanto si se expulsaba al demonio se curaba la enfermedad. En cuanto al resto de los milagros, como caminar sobre las aguas, la multiplicación de los panes y los peces o la resurrección de Lázaro, o la del propio Jesús, ningún historiador lo acepta porque van contra las leyes de la naturaleza. Sin embargo, una vez muerto el personaje, ¿quién no es ensalzado? Y más si uno cree que ese personaje ha sido vindicado por Dios al colocarlo a su derecha en el Reino de los cielos.
El osario que apareció en Jerusalén podría ser de Jesús?
No tiene nada que ver porque ahora han pasado veinte siglos. Lo que sabemos es por los textos, es decir, sabemos que existía. El contenedor se corresponde con la época, no así la inscripción. Es muy improbable.
El cáliz que apareció en León es el Santo Grial?
En el cristianismo primitivo, no existía interés en la copa. No fue una cena pascual, la casa era prestada, Jesús muere esa noche o a la siguiente y todos huyen, nadie se llevó esa copa a Getsemaní. Además, el Santo Grial empieza en el siglo VI como leyenda artúrica.
La copa que apareció en León en mi opinión es probablemente un regalo enviado en el siglo XI a reyes de León. El cuenco como tal podría ser del siglo I pero no podemos asegurar absolutamente nada porque hay un lapso de once siglos imposible de rellenar históricamente. n
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