Iván Fernández, el técnico del 061: “Cuando llegué, el niño estaba morado e inconsciente”

“Mi reacción fue inmediata, cuando me di cuenta de lo que pasaba, primero intenté llamar a la central del 061, pero no me escuchaban por el ruido, y decidí actuar inmediatamente para salvar al bebé”, explica Iván Fernández, el técnico sanitario que el domingo por la tarde salvó a un bebé de menos de seis meses que se había atragantado y que no conseguía respirar. El pequeño estaba junto a sus padres, de nacionalidad portuguesa, pasando el fin de semana disfrutando de las luces de Vigo.

El niño estaba ya con los primeros síntomas de cianosis (cuando comienza a ponerse azulada la piel por falta de oxígeno) y parecía inconsciente. Sin pensarlo dos veces, se acercó al carrito e inició la reanimación poniendo al bebé sobre su brazo y dándole golpes controlados en la espalda. Casi inmediatamente se hizo el milagro y el pequeño comenzó a respirar y a recuperarse.

Para Iván esta actuación en su día de descanso no es más que “algo normal, es mi trabajo”, comenta quitándole importancia. Sin embargo, no puede dejar de reconocer que “siempre que hay una actuación con un bebé implicado se pasa mal. En este caso, todo salió bien y quedó todo en un susto”.

Un susto que pudo ser una tragedia porque en el momento de producirse el incidente, sobre las 20.40 horas, las inmediaciones de la Porta do Sol eran un hervidero donde no cabía un alfiler. Iván y su pareja salían del Teatro García Barbón y se dirigían a su casa cuando ella se fijó en una mujer con un bebé que gritaba desesperadamente. “Ella me dijo que parecía que le pasaba algo al bebé y me di la vuelta, porque yo no me había dado cuenta, había tanta gente y tanto ruido que era imposible escuchar nada". Una vez que mira la escena y se da cuenta de la gravedad de los hechos, decidió actuar, convirtiéndose para aquella familia que pasaba su fin de semana en la ciudad en el “ángel de la Navidad de Vigo”.