Incineración, la amenaza de las floristas

La alternativa al enterramiento y no la crisis es la peor enemiga de las floristerías y los puestos de venta junto a los cementerios que hacen esta semana su peculiar agosto, ingresando en tres días lo correspondiente a varios meses

Floristerías y puestos ambulantes de flores están en plena actividad, en un año donde la margarita se impone al crisantemo como alternativa más económica.

ana baena. ViGO

Publicado: 31 oct 2013 - 07:00 Actualizado: 10 feb 2014 - 12:28

Miles de vigueses compran estos días flores para adornar las tumbas y los nichos de sus familiares por la festividad de Difuntos.
Miles de vigueses compran estos días flores para adornar las tumbas y los nichos de sus familiares por la festividad de Difuntos.

A las puertas de los cementerios se multiplican la oferta. Así, en el de Pereiró, pasaron de los dos negocios permanentes a cinco. Las nuevas incorporaciones sacaron un permiso municipal por tres días con un coste de 90 euros, que esperan recuperar en las primeras horas de trabajo. Eventuales y fijos comparten una tradición familiar de floristas. La más veterana del grupo, Trudel Waidele, con 84 años, hoy jubilada, no puede evitar acercarse para comprobar cómo va todo al puesto que regenta su hija. 'La crisis no es el problema porque la gente compra igual, es la incineración la que va a acabar con nosotros; antes había problemas para encontrar nicho y ahora sobran', apuntó Waidele, que criticó la política municipal de alquiler en suelo santo: 'Solo lo ceden por seis años con una prórroga de otros 4, pero después hay que desalojar el nicho y si no se encuentra otra salida, los restos tienen que ir a tierra', una opción poco deseable, según asegura. Nieta y abuela de florista, Trudel se enorgullece de que el primer permiso municipal para estar en Pereiró data de 1926: 'En estos años los gustos han cambiado mucho, antes solo pedían claveles o camelias, ahora hay una gran variedad por el producto de Holanda, Japón o Colombia'.

Eugenia Comesaña, la otra vendedora fija del cementerio, lleva 69 años al frente del negocio. Comercializa todo tipo de flores, pero asegura que el mejor crisantemo viene de Os Valos, en Redondela. Para Comesaña, la crisis se nota en la clase de encargos, pero no en la cantidad: 'Las familias siguen cumpliendo con la tradición y los que menos tienen son los que nunca fallan'.

De forma temporal están los puestos de Javier (hijo de Trudel), el de Natalia Iglesias y el de Loreto Figueroa. Cada año vuelven a ponerse el delantal. Aunque hay alternativas de plástico, el cliente prefiere la flor natural: 'Si le pega mucho el sol dura sobre una semana, pero si está nublado aguanta mucho más', asegura Javier, quien sitúan en 20 euros el gasto medio del comprador.

La crisis, pues, no reduce las ventas, aunque sí el volumen de negocio, y desciende los encargos anuales.

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