Fotografías de Isabel Sobrino, presas de caza con su cámara

Sus fotografías enseñan una realidad que está ahí, pero a la que muchos le tuercen la mirada. Irónica, carente de pudor y al margen de los convencionalismos sociales, Isabel Sobrino (Vigo, 1975) no considera que su obra sea provocadora, “reflejo lo que hay en la sociedad urbana, todo lo que muestra es muy visible, pero hay que querer detectarlo”. 

Expone en la galería Sargadelos la selección “Recreo”, que permanecerá en sala hasta el 11 de abril. Explica la selección como “una visión personal del juego de la vida que transita por los espacios urbanos”.

Residente en Barcelona, la mayoría de sus capturas son de la ciudad condal, aunque también hay imágenes de Vigo y de Madrid. Sobrino se define a sí misma como una cazadora: “Como fotógrafa, me siento así. Es posible que también lo sea en otras facetas de mi vida, pero aquí es donde se me revela esta circunstancia de una manera clara”.

Normalmente no prepara la imagen, dice estar a la expectativa, “intento buscar el momento adecuado, la composición o descomposición subjetiva, el cromatismo que invita, la geometría seductora, el movimiento que trasciende o las ilusiones que la ciudad me brinda”.

En “Recreo” reconoce un punto de denuncia, pero sin buscar una reacción concreta. “Si provoca una respuesta, bien; si no también”. Domina el color, aunque también llevó al blanco y negro alguna de las fotografías “las que creo que lo piden”.

Esta es la segunda exposición que inauguró en Vigo, después de mostrar “Inconsecuencias” en la sede de A Madriña, que se suman a su trayectoria por galerías del Barrio Gótico o el laboratorio Visualkorner en Barcelona. “La fotografía, que es voz y emoción, además de imagen, me interesó y me sedujo siempre”, concluyó la artista.