La flota viguesa ultima su marcha a Malvinas con mejores perspectivas

Un equipo conformado por unas 700 personas, entre marineros, oficiales y biólogos, y un total de 16 arrastreros congeladores saldrán hacia las Malvinas dentro de unos días de forma escalonada, a partir del día 6 de enero. Los preparativos ya se están ultimando estos días en Beiramar para otra larga campaña, de al menos tres meses en el mar sin tocar tierra y con largas jornadas, en función de cómo se comporte el caladero, que explotan de forma exclusiva los buques vigueses asociados con las empresas de las islas de Atlántico sur. De nuevo hay incógnitas aunque las expectativas son mejores que hace apenas unos meses, cuando las autoridades de Falkland (el nombre británico de las Malvinas) a punto estuvieron de cerrar las aguas ante la escasez de calamares por tercer año consecutivo. Las causas están todavía por fijar, pero se apuntan entre otras la competencia de grandes flotas asiáticas que pescan fuera de las 200 millas argentinas y sobre todo, incertidumbre sobre la migración de la especie. Los buques comenzarán a posicionarse en febrero para comenzar a trabajar, y en esta ocasión, aunque todavía la flota tendrá que recibir los informes de los científicos, espera un buen resultado. Para las empresas viguesas que operan en la zona, entre ellas Pereira, Pesca Puerta o Chymar, es fundamental que todo vaya bien. Y para el puerto de Vigo, que “importa” la totalidad de la pesca para su transformación,

En los tres últimos años las capturas del calamar endémico patagónico, la especie denominada loligo, ha caído en cuanto a sus números sin que haya coincidencia sobre las causas, más allá del posible movimiento de las poblaciones de cefalópodos fuera de la zona económica exclusiva. En los mejores momentos, fueron más de 100.000 toneladas entre las dos partes. Según explicaron en la Cooperativa de Armadores del Puerto de Vigo (ARVI), las primeas campañas, la que ahora se inicia, están siendo defendibles y la segunda de 2025 ha sido “salvable en cuanto a toneladas y porque estuvo acompañado de tamaños mayores”. En ARVI se reconocen “expectantes, pero en cierta forma las dudas se nos aparecen más o menos”. Después de que flota se posicione en Malvinas se hace la experimental y a continuación comienza la campaña.

Una actividad clave

El pasado año, la primera campaña se cerró con 38.000 toneladas, aceptable, pero lejos de las mejores cifras, cuando se superaron las 50.000. En la segunda, de nuevo problemas y amenaza de cierre, aunque finalmente la flota pudo seguir faenando casi hasta el final, con un total de 18.000 toneladas. Es decir, que entre ambas apenas se superaron las 56.000, cuando en otros ejercicios se llegó pasar de las 100.000. Pero eso ya parece lejos. Todo esto se observa y examina en Argentina, que reclama las islas Malvinas como propias y lógicamente también sus aguas y recursos. La prensa argentina señala que para el puerto vigués la suma de las dos operaciones supone una actividad de 2.500 millones de euros y recuerda que el 30 por ciento de todo el calamar que se consume en Europa proviene de las capturas de los arrastreros. “Es clave para la economía sobre todo de la ciudad de Vigo, en cuyo puerto amarra la mayor parte de la flota”, indican. Por su parte, los armadores de ARVI ponen el acento en la estabilidad del acuerdo, por 20 años más, que permite hacer inversiones en nuevos barcos, y en la conservación del recurso con estudios científicos.