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La Fiscalía del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) citó a declarar al presidente de Sociedad Gitana de Galicia, Sinaí Giménez, en el marco de las diligencias abiertas para dilucidar si se ha cometido algún delito en el supuesto destierro del colectivo de gitanos zamoranos asentados en Tui y O Porriño.
Giménez deberá comparecer ante el fiscal el próximo 10 de diciembre, en el marco de una investigación iniciada el pasado 11 de noviembre. La actuación comenzó a raíz de una denuncia del presidente de la Asociación Galega de Ambulantes e Autónomos, Francisco Romero Alvite, que ya declaró en Fiscalía. Al margen de estas comparecencias, el fiscal también solicitó de la Consellería de Educación un informe sobre la escolarización de los menores afectados por el supuestos destierro, cerca de un centenar. También solicitó información a la Guardia Civil de Tui y O Porriño sobre el conflicto que enfrenta a clanes gallegos y zamoranos.
En las últimas horas, el Ayuntamiento de Porriño se sumó a la petición hecha por el de Tui en la que se pedía la "inmediata" intervención tanto judicial como policial, ante la vulneración de los derechos de los gitanos zamoranos que, pese a haber regresado de ese destierro, optaron por seguir sin llevar a sus niños al colegio, y por no desarrollar su trabajo de feriantes, debido al "miedo".
Por su parte, la Asociación de Empresarios y Comerciantes Ambulantes de Galicia, posicionada a favor del clan de los Morones, manifestó en un nuevo comunicado que los gitanos zamoranos están usando a los niños como "rehenes" con el objetivo de "desacreditarnos" y copar los mercadillos y ferias de Galicia. Sobre los comunicados emitidos por las Corporaciones de Tui y Porriño, este colectivo asegura que el origen de todo el conflicto fue la denuncia presentada por el presidente de la Asociación Gallega de Ambulantes y Autónomos ante el Concello tundese, para que no se recuperase la llamada feria de frontera.
A partir de ahí, un grupo de feriantes, encabezados por la asociación Sociedad Gitana y la "familia real" de esta etnia, cuya cabeza visible es Sinaí Giménez, inició protestas y un boicot al mercadillo alternativo.
Sin embargo, otros gitanos se mostraron reacios a secundar dicho boicot y se desataron los enfrentamientos. Giménez y los suyos culparon a cuatro pastores de la Iglesia Evangélica de perjudicar la actividad de los feriantes y de ser "traidores" y "confidentes" del alcalde de Tui, por lo que decidieron su destierro.
Varios centenares de personas (entre ellos decenas de niños que estaban en escolarizados en la comarca) se sumaron al destierro en apoyo a los pastores y para denunciar la situación de presión de la "familia real gitana".
Tras la presentación de la denuncia en la Fiscalía, los clanes desterrados regresaron el 30 de noviembre pero hasta el momento no fue posible un acuerdo. n
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