Una familia viguesa dice llevar meses sin electricidad, “la casa se quema”
El arreglo de la instalación enfrenta a los inquilinos con el propietario, al que han dejado de pagar, “así no se puede vivir", alegan
Anmara, sus dos hijos menores, y su pareja Iago residen en una vivienda alquilada en A Seara desde hace unos años. Ahora, esta familia asegura que lleva meses sin electricidad. “No podemos tener electrodomésticos porque en cuanto enchufamos algo se produce un incendio”, lamenta esta mujer, que asegura que “los niños tienen que ir a casa de mi madre para comer y bañarse”.
El problema radica en la instalación que les ha enfrentado con el casero. “El seguro dice que no lo cubre porque no cumple con la normativa y aunque llamamos a un electricista, no quiere hacerse cargo del arreglo. El machete se sobrecarga”, afirma la mujer. Comenta que “he puesto reclamaciones en la Xunta, he ido al juzgado, pero me siento totalmente desamparada y tengo miedo a que se queme la casa, los bomberos ya vinieron varias veces”.
El propietario prefiere no hacer declaraciones. Asegura tener toda la documentación disponible, que presentará cuando corresponda, que certifica que cuando rentó el inmueble, por 370 euros más consumo de agua, la instalación eléctrica cumplía con la normativa y estaba en perfectas condiciones sin que hubiera habido nunca problemas con anteriores inquilinos, mientras indica que la familia actual lleva cuatro meses sin hacer frente al pago de las rentas.
Anmara reconoce que dejó de pagar. “Siempre lo hicimos puntualmente, incluso durante la pandemia, pero ahora la vivienda no cuenta con los mínimos de habitabilidad al carecer de electricidad y eso me está conllevando muchos gastos para poder tener ropa limpia y que mis hijos coman caliente. Además, somos una familia vulnerable, yo tengo una discapacidad”, dice.
El conflicto se centra en la mencionada instalación que afectaría a la planta donde vive esta familia, ya que las otras dos, también alquiladas, son independientes. Respecto a posibles incidentes con otros inquilinos, en concreto con los que vivían en el piso de arriba y que se fueron, Anmara afirma que “solo vino la Policía una vez y porque la llamamos nosotros, porque esa persona me conocía y no le caía bien y empezó a hacer ruido con el coche impidiendo dormir a mi hijo”.
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