Indignación de la familia de Déborah al aparecer su móvil 20 años después

“Con estupor, rabia e impotencia”. Así indica Ramón Pérez Amoedo, abogado de la familia de Déborah Fernández, que recibió la noticia de que el supuesto móvil de la joven viguesa que apareció muerta en O Rosal hace ya 20 años había aparecido el pasado lunes en la comisaría central de Madrid.

Junto a dicho teléfono, en un legajo “desconocido hasta el momento” según reza el oficio policial, hay fotografías, vídeos y varios oficios policiales. Según Amoedo, los documentos gráficos pertenecerían a grabaciones hechas por la propia Policía en el funeral de la joven, una actuación usual de las fuerzas de seguridad en casos así. En cuanto a los oficios policiales, el equipo legal de la familia está comprobando si ya constan en la causa o no.

Pero es el móvil el que centra la atención de los familiares de la joven. Sobre todo, porque hasta ahora la Policía les había asegurado que se había perdido. “Tenemos un gran lío”, explica Ramón, “no sabemos si ese teléfono es de ella o no. Cuando les preguntamos por él, hacen referencia a un teléfono que había sido inspeccionado por un agente de Policía pero que había sido extraviado”. Lo que sí tienen claro es que “pediremos estar presentes cuando la Policía acceda al contenido del teléfono para que no pase como con el disco duro del ordenador”, en relación a que en una intervención de la Guardia Civil, casi se quema esta prueba, crucial para el caso.

Una de las cuestiones más significativas de este nuevo hallazgo es que el teléfono apareció sin la tarjeta SIM, por lo que no se podrá identificar el número que utilizaba. “¿Dónde está esa tarjeta? ¿Había dos teléfonos o uno? Es una chapuza”, sentencia el letrado.

Ramón Pérez Amoedo apunta que “esto es una muestra más de que se ha actuado con una negligencia lamentable” y critica que este hallazgo haya llegado poco después de que la jueza de instrucción de Tui les hubiese denegado la resolución que presentaron para conocer la cadena de custodia del disco duro. “Son tantos errores consecutivos que no puedo evitar pensar que alguien de una manera intencionada escondió eso”, explica en relación a que, cuando se hizo el traslado de los documentos, “si estaban los diez legajos juntos, ¿cómo es que nueve acabaron en el Grupo 2 de Homicidios y el otro se quedó en el 1?”. El letrado termina pidiendo que la Fiscalía “de una vez por todas haga algo más que perseguir a los abogados porque piense que filtramos noticias”.

Rosa, hermana de Déborah: “Es una tomadura de pelo”

La hermana de Déborah y portavoz de la familia, Rosa Fernández-Cervera, manifiesta que es “vergonzoso” que el supuesto móvil de su hermana haya aparecido en un legajo perdido en la comisaría central de Madrid. “Hasta hace relativamente poco, le consultábamos a la Policía sobre ese teléfono, que lo habíamos entregado en dependencias policiales y nos contestaba que no existía”.

Así, tras el hallazgo de esta prueba ‘perdida’, Rosa espera que “ayude a arrojar luz sobre el caso”, pero asegura que “demuestra claramente la mala praxis que ha habido en la investigación, es una tomadura de pelo”.

Al haber prescrito la causa, si aparecen nuevas personas vinculadas al caso a raíz de la información extraída del teléfono, no podrá hacerse nada. Es por eso que esperan que lo poco que se pueda extraer de un móvil sin tarjeta SIM apunte al sospechoso principal y único investigado, el exnovio de Déborah.

“La esperanza nunca se pierde”, exclama la incansable Rosa, que lleva veinte años luchando para que se haga justicia con su hermana. Sin embargo, lamenta los múltiples errores cometidos en la investigación “hagan que el sistema sea garantista con los delincuentes en lugar de con la víctima”.