Falta de vivienda y turismo impulsan la recuperación de edificios históricos en Vigo
Vivienda
La Diócesis proyecta la rehabilitación de un inmueble para alquiler en una obra de Jenaro de la Fuente que se suma a las recientes intervenciones en el Círculo Católico, los edificios Ribas y Baladrón o en el 13 de las Casas de Sanjurjo
La alta demanda de vivienda frente a una oferta mermada por el auge del turismo impulsa en Vigo la reconversión y rehabilitación de edificios históricos, que han estado cerrados, abandonados e incluso okupados. Las intervenciones en el ensanche y el Casco Vello avanzan paulatinamente para introducir en el mercado estos inmuebles, a pesar de que el proceso puede ser largo y tedioso, al tiempo que permiten la recuperación de parte del patrimonio arquitectónico. Así pasó con el edificio Ribas, construido por Francisco Castro, en 1930 en Marqués de Valladares; el edificio Baladrón, levantado por Gómez Román en 1929 en Velázquez Moreno o en Doutor Cadaval, 18-22, el Círculo Católico, de 1904, atribuido a Michel Pacewicz (algunos señalan como arquitecto a Siro Borrajo), con pisos de lujo. Hace unos meses se presentó el nuevo aspecto del número 13 de las casas de Sanjurjo, realizadas también por Pacewicz en 1910, que acoge una clínica con espacios de negocios.
Entre quienes se sumaron a estas actuaciones se encuentra la Diócesis, actualmente dueña de edificio de los años 50, firmado por Jenaro de la Fuente Álvarez. Con cuatro alturas, en la subida a Abeleira Menéndez desde Porta do Sol, lleva nueve años a la espera de licencia de obras de Concello.
La reforma, firmada por el arquitecto Manuel Toucedo, contempla una vivienda de 50 metros cuadrados por planta y bajo comercial. Al tratarse de un edificio en zona protegida los trámites se demoraron, tal y como explica el ecónomo diocesano, Jesús Martínez Carracedo: “No admitieron el proyecto en primer término porque decían que el último piso era un añadido posterior, tuvimos que demostrar que forma parte de la obra original que está documentada y estudiada”.
Apunta que serán alquilados a precio de mercado, “sin especular” y que los beneficios se destinarán a la formación de seminaristas y sacerdotes. Era la finalidad de la Fundación José Estévez, hasta abril propietaria del inmueble, que pasó a manos de la Diócesis al desaparecer la entidad. “La fundación fue creada por dos hermanos de Soutomaior, ambos sacerdotes, que invirtieron los bienes familiares en comprar inmuebles, cuya renta tenía un destino social”. Por esta vía llegaron también a la Iglesia de Tui-Vigo, dos casas en el entorno de Vialia, afectadas por el plan de ordenamiento urbanístico de la zona y pisos en Porriño, actualmente alquilados, aunque requieren mantenimiento. “La fundación no tenía fondos para poder asumir los costes de las obras, por lo que decidió disolverse y donar los bienes a la Diócesis”.
El proyecto de rehabilitación prevé para alquileres de larga duración. “Nosotros no somos una inmobiliaria, no podemos estar pendientes del trasiego de inquilinos”, señala Carracedo y puntualiza que no se destinarán a viviendas sociales. “Para los casos que nos llegan de Cáritas o de emergencia contamos con otras soluciones”.
El edificio de la Diócesis está actualmente vacío. Tras marcharse los últimos inquilinos hace ya una década, iniciaron los trámites para su reforma. En el proceso fue okupado y desalojado. En el solar lindante ya se levanta una nueva construcción tras demoler la anterior que carecía de protección especial.
En el Vigo histórico quedan aún a la espera de ser rescatadas casas como la de Candeira, en Pi y Margall, edificada en 1954 por Jenaro de la Fuente, que también fue okupada. El colectivo GarajeySal l organizó en 2015 con Mercadot, una feria de diseño en un inmueble de 1924 del mismo arquitecto en García Barbón sin uso. El objetivo era denunciar su estado de deterioro.
Con todo, el sector turístico también puso su atención en este patrimonio. Así, en el Paseo de Alfonso se proyectan la construcción de viviendas de lujo para alquiler estacional.
“Es una vía de escape para el sector”
La recuperación de edificios históricos, en desuso o abandonados, así como la reconversión de bajos comerciales y oficinas en viviendas es una tendencia al alza en Vigo. “La rehabilitación siempre ha sido una vía de escape para el sector. Es un fenómeno que está empezando, veremos cómo avanza, pero puede ser una salida interesante”, indican desde la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Pontevedra (Aproin).
La patronal gallega, Fegein, constata que “se está rehabilitando mucho” y que “se compran pequeños edificios para reformarlos y ponerlos en el mercado”. No obstante, hay iniciativas que no llegan a materializarse “por el alto precio y porque es un proceso más costoso y lento”. “Urbanismo en Vigo tiene un tapón impresionante en licencias urbanísticas”, lamenta la federación inmobiliaria, que recuerda que en Oporto, por ejemplo, “en siete días tienes permisos y aquí puedes llegar a los 15 meses o más”.
En este punto, tanto Fegein como Aproin coinciden en que la aprobación definitiva del PGOM “contribuirá a mejorar el mercado de la vivienda”.
En cuanto al fenómeno de la vivienda vacacional, la federación inmobiliaria de Galicia, ve con buenos ojos “que el Concello no la demonice". Según las cifras que maneja la patronal, Vigo finalizará el año por encima de las 2.000 viviendas turísticas, segundo munipio con mayor número tras Sanxenxo. En relación con la conversión de bajos comerciales en vivienda, considera que “debería flexibilizarse más la normativa porque siendo rígida”, si bien supone “un paso interesante para el sector”. “Vigo supo aprovechar esa oportunidad de combatir el feismo de locales vacíos y destinarlos a vivienda ante la gran demanda que hay”.
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