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Los estafadores se han hecho con un nicho de mercado en el que les es sencillo captar víctimas: el alquiler. La escasez de viviendas y la alta demanda no solo en Vigo sino en general en todo el país han multiplicado el número de fraudes. Lo detectan desde los juzgados, donde siguen recibiendo denuncias por timos, entre ellos y cada vez con más frecuente, los relacionados con el sector inmobiliario, explican fuentes judiciales.
En Vigo, a mes de octubre, según los últimos datos de la Federación Inmobiliaria Gallega, solo hay 410 viviendas en el circuito de arrendamiento, la cifra más baja, y con el precio más alta de la serie histórica, con una media que supera los 800 euros.
La demanda, lejos de bajar, continúa en aumento hasta el punto de haberse detectado alquileres de trasteros para pernoctar, tal y como confirmaban desde la Oficina de Notificaciones y Embargos.
Con este panorama y un incremento de las estafas en los primeros seis meses del año en Vigo de un 10,3% hasta situarse en una media de casi ocho al día, datos del Ministerio de Interior, los juicios por fraudes en alquileres aumentan.
En la mayoría de los casos, el timo llega por internet. Lo sabe muy bien una vecina de la ciudad, quien relata la pesadilla vivida hasta encontrar un alquiler después de haber sido estafada hasta en tres ocasiones, dos en Ourense y una más en Vigo.
“Este tipo de personas se aprovechan de la necesidad de la gente para obtener dinero”, explica a este diario. En su caso, denunció y aunque ha tenido juicios todavía no ha podido recuperar el dinero perdido con años de esfuerzo.
A pesar de estar prevenido tras la primera estafa mediante un anuncio por internet, los trucos utilizados por los delincuentes son cada vez más sofisticados. En el segundo caso, llegó a ver el apartamento el alquiler, del “alugueiro social” de la Xunta. Ella y su marido concertaron una cita para ver el inmueble y una mujer apareció, presentándose como gestora de alquileres económicos de la Xunta. Les pidió una fianza de 300 euros, que abonaron y recibieron factura, pero nunca más volvieron a saber de ella.
Entre los fraudes que están en investigación en la ciudad se encuentra el de la estafa de fianzas para entregar a la Xunta por un alquiler de un piso que finalmente no existe.
La tercera estafa que sufrió esta víctima tuvo lugar en mayo de este año. Su marido entregó 700 euros para el alquiler de un piso del que no llegó a tener las llaves. El supuesto timador en esta ocasión les devolvió el dinero. Después de todo lo vivido, ahora está dispuesta a que se sepa cómo actúan este tipo de timadores y tomar precauciones. “Hay que desconfiar siempre de precios bajos por pisos que están bien, igual que si te piden dinero por adelantado e incluso comprobar que se trate de un alquiler social”, explica. Afirma que uno de los timadores “fue condenado pero sigue libre, lleva siete años estafando en la provincia de Pontevedra y de hecho, se ha creado una especie de plataforma donde cada día hay una víctima nueva”. Las penas impuestas en ocasiones no son muy altas pero los tribunales cada vez son más rotundos . La Audiencia en Vigo desestimó la petición de una estafadora reincidente de eludir prisión. Según su resolución “la penada ha jugado con las expectativas de los perjudicados de acceder a una vivienda, aspecto de la vida cotidiana particularmente sensible, movida por un simple ánimo de lucro”.
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