Las asociaciones de vecinos de Vigo, en peligro por falta de relevo

La escasa implicación de nuevas generaciones impide el relevo en juntas directivas cada vez más envejecidas, poniendo en peligro el futuro del tejido asociativo de la ciudad

Ana Pérez, Juan Freiría y 
Manuel Costas
Ana Pérez, Juan Freiría y Manuel Costas

La falta de renovación en las directivas de las asociaciones de vecinos de Vigo ante las dificultades de encontrar relevo generacional pone en peligro al histórico tejido asociativo de la ciudad. “Es un problema que se da ya en varias asociaciones, no hay relevo porque la gente no quiere entrar en las directivas, y cuando se da esta situación acabarán cerrando”, asegura María Pérez, presidenta de la Federación Vecinal Eduardo Chao (Favec), que engloba a una treintena de entidades vecinales.

La Asociación de Vecinos, Consumidores y Usuarios (AVCU) de Beade, es una de las organicaciones que se enfrentará en los próximos meses a una posible desaparición debido a la falta de relevo en el equipo directivo. Tras varios años de mandato con Josefina Barreiro se urgió en una asamblea celebrada el pasado 20 de marzo a presentar candidaturas para relevar a esta directiva, pero la convocatoria quedó desierta.

Sin embargo, este caso no es el único. La presidenta del Centro Cultural y Vecinal de Valladares, Ana Pérez Davila asegura que se plantea dejar el cargo. “Entre medias y medias ya llevo 15 años y llega un momento en el que tienes que decir hasta aquí, pero no hay renovación, ya no solo de gente joven, sino también de 50 o 60 años, que pueda dedicarle un poco de tiempo a esa índole”.

Manuel Costas, presidente de la Asociación de Vecinos de Matamá también ha decidido buscar relevo tras 10 años al frente entre dos mandatos. En su caso, todo apunta a que contará con un sucesor dispuesto a seguir al frente de la asociación, pero reconoce que “cada vez es más difícil que venga gente nueva a sumarse a la directiva porque necesitas estar más formado para coger una asociación como esta, es un problema general que está afectando a todas”. En su caso, considera que el mayor impedimento es la creciente complejidad para desarrollar esta labor. “Hay partes muy técnicas y nosotros somos vecinos que a veces tenemos la formación, pero otras veces no”, asegura.

En la Asociación de Vecinos Monte da Mina de Castrelos, Juan Freiría suma ya 17 años consecutivos como presidente, a los que se suman otros 5 de un anterior mandato y reconoce “el futuro lo veo mal, nosotros somos de antes y no nos importa regalar nuestro tiempo, pero a la gente de ahora sí, no hay interés por dar el relevo en las asociaciones todo se queda sin posibilidad de renovar”.

“Las asociaciones necesitan recibir a más gente joven para sobrevivir”

María Pérez de la Favec asegura que hay varios factores que provocan que se esté dando esta situación. Entre ellos destaca el hecho de que es un cargo directivo no remunerado “y la gente no quiere trabajar gratis, de otra forma no habría problemas, además a veces hasta hay que poner dinero de tu bolsillo por el funcionamiento de algunas subvenciones para adelantar gastos”.

Además, en un contexto económico y social complicado señala que “la gente tiene muchos problemas en la vida cotidiana, como para meterse en más para ponerse al frente de una asociación”. Así, plantea que “las asociaciones necesitan recibir a más gente joven para sobrevivir, ahora el tema del voluntariado lo desarrollan principalmente jóvenes y jubilados, es una pena que no haya un relevo”. Pero por el momento alerta de la gravedad de la situación, ya que “siempre es bueno que haya una asociación que reclame y que vele por los intereses de los vecinos”.

Además de la falta de interés, Juan Freiría de Castrelos también alude a la complejidad de mantener las asociaciones y desarrollar su actividad. “Nosotros tenemos un local grande que es de nuestra propiedad, con lo cual pagamos IBI, es difícil de mantener y hay que pagar limpieza, luz, teléfono, tenemos una subvención y vamos tirando, pero es difícil”, asegura.

Por su parte, Manuel Costas de Matamá señala que “hay temas muy técnicos, a veces sabes lo que quieres hacer, pero para llevarlo a cabo necesitas gente más formada, sin el plan de empleo tendríamos que dejarlo, y creo que así todas las asociaciones”.

Todos ellos coinciden en que perder las asociaciones de vecinos podría suponer un gran golpe a las parroquias de la ciudad. “Si una asociación cierra, cierra toda la parroquia y se pierde muchísimo”, asegura Ana Pérez Davila de Valladares.

Freiría también señala que los principales afectados serían las personas mayores, que suponen la mayoría de los usuarios de la Asociación de Vecinos de Castrelos. “Si no existen este tipo de locales la gente mayor no tendrá a donde ir y se relacionará mucho menos”, explica.

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