El excandidato de Vox por Pontevedra rompe su silencio: "Era un chiringuito"

El general, que salió del partido, tras ser expedientado por pedir cuentas a Abascal, cuenta que la formación se convirtió en un fin en sí mismo más que en una herramienta para el servicio de España

Antonio Budiño cuando era candidato de Vox
Antonio Budiño cuando era candidato de Vox

El general del Ejército, Antonio Budiño, que llegó a ser candidato de Vox al Congreso por Pontevedra y que fue expedientado y cesado este mismo año del partido tras pedir explicaciones sobre las cuentas, ha roto su silencio para explicar lo que ocurre en la formación.

En una entrevista concedida al programa La Sexta Columna, Budiño relata las reticencias de Vox a enseñar sus cifras. “Hablan de patriotismo, pero el dinero llega de fuera y cuando alguien pide explicaciones lo apartan”, asegura en un extracto difundido por la cadena. Denuncia la falta de transparencia y se pregunta por qué Vox se financiaba con un banco controlado por el gobierno ultraderechista de Hungría.

Pese a solicitar estas cuentas, nunca obtuvo respuesta. “Se había convertido en un chiringuito, en una cosa cerrada de unos cuantos, sin transparencia, ni democracia interna, ni libertad de expresión", asegura, calificando a Vox como un negocio de partido con poder, cargos y miedo a mirar las cuentas. “Se convirtió en un fin en sí mismo más que en una herramienta al servicio de España”.

El general había firmado en febrero una carta junto a cien militantes para pedir a Santiago Abascal que rindiese cuentas de la gestión y convocase un congreso.

Sin embargo, fue expedientado y se fue, denunciando la “tiranía” y calificando de “traidor a sus principios” al líder de la formación en redes sociales, mientras Vox justificaba su cese como traición y deslealtad.

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