Estaba segura que iba a bailar con Mika y se hizo realidad
Las madrileñas Lidia Arranz y Julia Medina cumplieron su sueño en Castrelosdel
Faltaban varias horas para el comienzo del concierto, cuando Lidia Arranz y su amiga Patricia, co-incidieron con Julia Medina y su prima en la cola de entrada. Procedentes de Madrid, todas viajaron a Vigo exclusivamente para acudir al concierto de Mika. No sólo vieron el concierto, sino que formaron parte de él, ya que junto a otros 12 jóvenes más fueron seleccionados por la madre de Mika para salir al escenario a bailar: cinco de big girls, cuatro de lollipop, cuatro chicos y una novia, fans proceden¬tes de Madrid, Barcelona, Zaragoza, Portugal, Francia, México y dos de Galicia.
Acabábamos de conocer a Lidia y a Patricia; estaba alucinando porque decían que habían conocido a Mika en otro concierto y que bailaron con él, cuando de repente aparece la madre y comienza a hablar con ellas. Julia Medina, con 15 años, conocía a la progenitora del artista por internet: Entonces nos dijo si queríamos bailar nosotras también; no lo podía creer. Julia fue una lollipop, participando en la coreografía de tres canciones: Me hubiera conformado con conocerlo, pero ésta fue una experiencia maravillosa y con mi cantante favorito. Para esta adolescente, Mika en las distancias cortas es superalto, además muy tímido; una vez finalizado el concierto le hacían regalos y el se podía rojo como un tomate. Los padres de Julia se mostraron encantados con la experiencia de su hija. A los amigos les costó más creersela. Tuvieron que buscarla en Youtube, donde ya está colgado toda la velada. El caso de Lidia se acerca más a la profecía autocumplida. Taquillera de autobús en Madrid, con 23 años y fan incondicional del anglo-libanés, Lidia fue a buscar a su amiga Patricia a Barcelona, y juntas viajaron en coche hasta Vigo. Íbamos disfrazadas de las chicas de la banda para llamar la atención de la madre, ya que Patricia había sido seleccionada en Murcia. Estaban de las primeras de la cola, cuando salió la tan esperada progenitora: Reconoció a mi amiga y nos propuso volver a salir, ¡ni lo pensamos! Yo estaba segura que iba a bailar con Mika y se hizo realidad; antes, mi familia y amigos pensaban que estaba loca, ahora me dicen que siempre consigo lo que quiero. Aunque con las ideas muy claras, Lidia salió un poco nerviosa: Estaba encantada, pero lo cierto es que impone un poco porque desde el escenario se veía todo el auditorio lleno; pero me concentré y salí a bailar; estaba tan a lo mío que en un momento sentí un empujón, miré y era Mika; pues como si nada, seguí bailando. La única indicación que les dieron a los bailarines por un día fue que se movieran como locos, como lo harían si estuvieran solos en su habitación. Fue pura improvisación, a excepción de la coreografía del entierro mexicano, donde los pasos de los bailarines debían ir acompasados. Fue increíble y todos se portaron de forma muy agradable; era todo un ambiente muy familiar, afirmó Lidia, que destacó que les dejasen seguir todo el concierto desde el backstage: Lo que más me gustó de Mika es lo cercano que es, se fijó en nuestros disfraces y se reconoció el que lo imitaba.
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