El espiritismo busca resurgir

"El espiritismo ha estado rodeado desde hace mucho de muy mala prensa. Hasta la Guerra Civil era una corriente filosófica muy importante en España, pero a partir de ahí, fue perseguido y quedó relegado al ámbito privado, con el riesgo de ser denunciado", explica la historiadora Pilar Domenech, que ayer participó como ponente en las decimosextas Jornadas Espiritas de Vigo.

Este encuentro está organizado por el centro Espirita Paz, Amor y Caridad de Vigo, y uno de los objetivos de las jornadas, que celebran regularmente, es dar a conocer y profundizar en el mensaje de Alan Kardek, seudónimo del profesor y filósofo francés Hippolyte Léon Denizard Rivail (1804-1869), considerado el codificador y sistematizador del Espiritismo. Su obra principal, El libro de los espíritus (1857), sentó las bases de la doctrina espiritista, que busca explicar la naturaleza de los espíritus, la inmortalidad del alma y el proceso de reencarnación, basándose en un método científico y una moral universal.

Para Pilar Domenech, presidente del centro espirita de Valencia y medium, comprender los fundamentos de la filosofía de Kardek es fundamental y para ello es fundamental explicar que "para nosotros uno de los principios de nuestra filosofía es la existencia de un Dios, pero no desde una perspectiva antropomórfica, sino como una inteligencia suprema y origen de todo lo creado".

Otra de las bases es la preexistencia del alma y su supervivencia después de la muerte del cuerpo físico, así como “el hecho de que consideramos y creemos que hemos tenido otras existencias. El fin de esta sucesión de existencias es conseguir el mayor grado de perfección moral”. Por último, otro de sus principios es “la reencarnación. Lo que hemos vivido y aprendido no lo olvidamos como espíritus y, cuando finalmente despertamos, es cuando alcanzamos la categoría de seres humanos”, explica.

La contribución espirita en la actualidad pasa para Pilar Domenech por potenciar el lado espiritual y moral en una sociedad basada en principios materialistas e individualistas. Así, comenta que “es importante que ayudemos a que se comprenda que el comportamiento que tengamos ahora, en esta vida, influirá en otras existencias futuras”. Precisamente su ponencia versó sobre el “Tránsito”, etapa que transcurre entre la muerte física de una persona y el momento en el que se da cuenta de que se encuentra en la vida espiritual. Un espacio de tiempo que difiere de caso a caso y que puede llegar a durar varios siglos, según se recoge en la filosofía y doctrina espiritista.

Un cartel con conferenciantes de renombre internacional

Las jornadas de Vigo reunieron en la ciudad a algunos de los mayores expertos en la filosofía espiritista sistematizada por Alan Kardek, que contó con numerosos seguidores en Europa a finales del siglo XIX y principios del XX. Este movimiento logró cruzar el Atlántico, fundando numerosos centros en países como Argentina o México, donde aún hoy mantiene una importante presencia.

Entre los participantes destacó una representación portuguesa, encabezada por el coronel de Infantería y paracaidista João Gonçalves, reconocido conferenciante internacional, que en esta ocasión ofreció la charla titulada “Inteligencia y libre albedrío”, en la que abordó la relación entre la libertad de decisión y el desarrollo espiritual.

El psicólogo Roberto Álvarez presentó la ponencia “La soberbia, el veneno del alma”, centrada en cómo este defecto moral puede frenar el crecimiento personal y espiritual. Por su parte, el también psicólogo Jordi Santandreu abordó la conferencia “Sociología y espiritismo, dos caminos del alma”, en la que exploró los vínculos entre la sociedad, la conducta humana y la filosofía espiritista.

Otra de las intervenciones destacadas fue la de la empresaria Ana Mendes, quien ofreció la conferencia "Humildad, gota de agua", una reflexión sobre la importancia de la sencillez y la solidaridad como pilares de la evolución espiritual.