“Me encontré a Tejero alquilando un coche y a armada lo vi en su pazo"

Allí estuvo durante muchos años más, hasta que acabó su carrera política y regresó a Vigo para trabajar en Citroën como ingeniero. Ahora, retirado y con 73 años, vive en las inmediaciones de Mondariz-Balneario. “Antes de jubilarme decidí buscar un sitio donde vivir de forma agradable, cerca de Vigo, total Citroën estaba al lado, era como en Madrid, a 35 minutos. Compré una casita aquí y desde entonces”, cuenta.

¿Cómo era la política de hace 40 años?

Yo tenía 33 años. En aquel Congreso había una gran diversidad de oficios, con ingenieros, médicos, abogados, y ahora en cambio la mayoría son funcionarios. Pasar de ingeniería en Citroën, hoy PSA, al sueldo de diputado me supuso perder un 20 por ciento de mis ingresos, y como yo más gente que tenía sus negocios o despachos y a quienes la economía se le resintió, como a mí. Pero ahora es diferente, tienen los diputados un sueldo decente, aunque no compiten con los sueldos de las grandes empresas, así que sólo acude el que tenga un puesto fijo o por motivación económica, por eso se llena de funcionarios y otra gente que aporta menos al legislativo. Las leyes se cambiaban, incluso con el Gobierno del PSOE dando explicaciones.

¿Cree qué podría repetirse otro 23-F en el futuro?

Lo que pasó, hoy sería impensable.

Estaba en su escaño votando y de repente…

Lo recuerdo bien, lo he explicado bastantes veces. Lo primero fue la sorpresa, la impresión, porque creía que España era un país moderno. Luego pensaba que había temor más por la gente que estaba fuera que la que estábamos dentro. En aquellos tiempos una parte de la política se hacía porque querías cambiar España o el mundo, las prioridades han cambiado un poco. La gente se olvida.

¿Si se encuentra hoy a Tejero por la calle, qué le diría?

¡Es que me lo encontré alquilando un coche en Madrid! Un día, hacia 1997, saliendo de un despacho fui a alquilar un coche y allí estaba Tejero con una hija, y lo pensé, pero no le dije nada. Mejor desprecio es no hacer aprecio. Me encontré también a Armada mientras visitaba un pazo. Con unas botas de goma, le fuimos a pedir permiso. Nos dio permiso, visitamos el pazo y tampoco le dije nada.

¿Después del 23-F qué hizo?

En política, después del 23-F hice algún trabajo de seguimiento a militares. Aquí en Vigo había un lugar en Lavadores que recibía a oficiales del ejército, allí se reunían y el CNI de entonces me pidió que viéramos quiénes se reunían allí. Eso sería justo tras el Golpe, en 1982.

¿Las horas se le hicieron eternas en el Congreso ocupado?

Lo cierto es que valoré que el Golpe pinchaba e hice lo posible para relajarme y me acabé durmiendo,. Me despertó Fraga, que me dio un susto de mucho cuidado, me despertó de repente, como era él.

¿Conoció a Adolfo Suárez?

Lo conocí, me acuerdo porque mi primera intervención en el Congreso me tocó hacerle una interpelación. Me impresionó. Los diputados nos hablábamos entre nosotros. Los socialistas gallegos hicimos un certamen con los vascos a ver cuál era la mejor gastronomía, y los vascos se declararon vencidos. En la tribuna había palos, pero al bajar te ibas a comer y a discutir de la electrificación del rural. Pasé 14 años en el Congreso y tuve la suerte de recuperar mi profesión al salir. Mis recuerdos son buenos, salvo una vez que tuve que ir de Pontevedra a Salamanca porque nos avisaron de un atentado. Era un 5 de diciembre.