La empresa viguesa Transfleet Europa ultima adjudicarse la marca "Caramelo"

La empresa viguesa Transfleet Europa está a punto de adjudicarse la emblemática marca de moda gallega Caramelo, que entró en concurso en 2013. Cinco fueron los postores que presentaron ofertas en el concurso pero finalmente solo ha quedado esta compañía, con sede en el Parque Tecnológico de Vigo. Tras la renuncia de la última que quedaba en la puja esta misma semana, ahora solo esperan que el juez les comunique si quieren adjudicarse la marca, para lo que ya tienen la provisión de fondos, 362.000 euros.

“Estamos sorprendidos y muy contentos”, aseguró Emilio Pérez Fojón, representante del Grupo Emso al que pertenece Transfleet Europa en declaraciones a Atlántico. De hecho, la compañía inicialmente se había asociado con la textil y también viguesa Do Rego & Novoa, que pujaba por la marca, para financiar el proyecto pero finalmente no llegaron a un acuerdo. A raíz de eso empezaron a trabajar en su propio proyecto y tienen un plan de negocio avanzado.

Se trata de una idea pionera en la que Transfleet, que pertenece a un grupo de empresas de telecomunicaciones y transporte, será el gestor y licenciará el diseño y fabricación con varias condiciones: producción local en Galicia y mantener los estándares de calidad que hicieron grande a Caramelo. “Somos gallegos y queremos que Caramelo se quede en Galicia con un concepto de producción local y de calidad”, explica Emilio Pérez Fojón, que precisa que “en Galicia hay muy buen talento y esperamos encontrar empresas que quieran participar en este proyecto”, señala. La idea es que esas empresas licenciatarias se dediquen a la producción y diseño y “la marca es lo primero. Es un modelo novedoso y arriesgado”, subrayó Pérez Fojón. El objetivo: “llevar a Caramelo a lo que fue” y “sin experimentos con la marca”, incide el empresario.

Cinco fueron las empresas que se presentaron a la puja. La primera adjudicación fue a Postquam, luego Kosu Nuno, Do Rego & Novoa y el lunes llegó la renuncia de Kangaroos.

José Antonio Caramelo y Luis Gestal, junto a sus respectivas esposas, Sara Fiaño y Marina Garce, abrieron el primer taller de confección de la firma Caramelo en la ciudad de A Coruña en 1970. Entonces consiguieron poner el mercado gabardinas para niños, un producto de diseño exclusivo, calidad en confección y completamente innovador para la época. En 2005 adquieren Antonio Pernas S.A. y en 2007 Inveravante de Manuel Jove y Sodiga entraron con un 45% del capital. La empresa llegó a tener más de un millar de empleados pero la crisis pudo con ella y en 2013 entró en concurso y en 2017 cerró su última tienda. n