El miedo a una ciudad sin pájaros

vigo

La falta de lugares para anidar, la contaminación o una alimentación deficitaria reducen el censo de aves urbanas hasta llegar a desaparecer en grandes capitales. Ante esto surgen iniciativas vecinales como la colocación de nidos

ana baena. ViGO

Publicado: 01 mar 2020 - 01:17 Actualizado: 02 mar 2020 - 01:32

Rubén Rocha, ante uno de los nidos colocados en uno de los árboles de la calle Pizarro  para atraer pájaros
Rubén Rocha, ante uno de los nidos colocados en uno de los árboles de la calle Pizarro para atraer pájaros

nnn El centro se está quedando sin pájaros o esa es la sensación de algunos vecinos que han decido poner remedio. A modo experimental, en Pizarro colocaron dos nidos en dos de los 23 árboles que conserva la calle. En menos de un mes comprobaron que ya tienen inquilinos. “Na cidade consérvanse pequenas illas do rural entre moles de edificios, pero incluso alí a biodiversidade está desaparecendo”, afirma Rubén Rocha, uno de los promotores de esta iniciativa. Afirma que con la tala de los últimos cuatro árboles de gran porte del barrio dejaron de escucharse el canto de los pájaros. “Deixaron de verse aves máis aló de gaivotas e pombas, creo que a súa presenza é algo fundamental para a saúde pública”. Así, aplicaron la práctica que otro vecino, José Luis, realiza en Cotobade que para fomentar la fijación por zonas de colonias sitúa nidos en la copa de los árboles.

Son dos las parejas que se animaron a ocupar el acomodo realizado al modo natural. Por no enturbiar su tranquilidad desconoce el tipo de pájaro que se asentó allí, pero Rocha comparte en su cuenta de Twitter los avances de la iniciativa que han dado por llamar #ProxectoVidaeMusica.

A más de 3 metros de altura

Para el ornitólogo Gustavo Ferreira, delegado de Seo Bird Life en Pontevedra, esta medida sí puede ser efectiva si se hace correctamente: “Depende de cada tipo de ave, pero el nido debe colocarse entre tres y cinco metros de altura, en lugares donde no tengan acceso los gatos u otros depredadores y que estar orientados hacia la zona menos castigada por el viento y la lluvia que en Vigo es el sur”. Advierte que una mala ubicación puede ser contraproducente y convertirse en una trampa para los pájaros.

Aunque se carece de un estudio conciso sobre el censo de aves urbanas de Vigo, sí se ha detectado una reducción de las mismas. “En los últimos años se ha notado un descenso rápido en pájaros comunes como los gorriones que en las grandes capitales como París o Londres están prácticamente extinguidos”, afirma Ferreira, quien puntualiza que la tendencia no es tan acusada en Galicia.

Afirma que detrás de la desaparición paulatina de los pájaros urbanos hay un cúmulo de circunstancias. Iniciativas como la de los vecinos de Pizarro ayudarían con la primera causa, la falta de huecos donde hacer los nidos: “Cada vez se sellan más las fachadas en arquitecturas estancos, incluso en las rehabilitaciones se cierran todos las brechas”.

A esto se suma la contaminación en todas sus variables: el aire viciado, el ruido excesivo y la intensidad lumínica que les produce estrés. También es efecto de los actuales diseños de las humanizaciones: “En las zonas verdes se corta la hierba como si fueran campos de golf, limitando las semillas, con lo que los pájaros pasan a alimentarse de los restos que dejamos en las terrazas y si es comida basura para las personas, también lo es para las aves, que crían peor”.

En Vigo aún quedan zonas, en torno a los parques como O Castro, A Guía o Castrelos y a los espacios verdes como Castelao, donde se puede encontrar una importante variedad de aves urbanas: gorriones, carbonero común y carrapito, paloma torcaz, urracas, vencejos o las bandadas de cirrios que llegan en verano desde el norte de África. “Todos estos tipos son aves muy urbanas y muy beneficiosas para los vecinos, ya que ayudan a controlar los insectos, su principal fuente de alimento”.

Al igual que algunas especies desaparecen o reducen su colonia, Vigo también cuenta con aves invasoras: “En Coia se han detectado varias parejas de cotorras, es importante controlarlas y llevarlas a un centro de recuperación porque pueden convertirse en un peligro para los pájaros autóctonos o para otras especies como los murciélagos, porque son una competencia en las fuentes de alimento”, explica Gonzalo Ferreiro.n

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