Un duelo judicial: de Dolores Váquez a los padres de Asunta
JUICIO POR EL CRIMEN DE ANA ENJAMIO
La acusación particular y la defensa echan mano de ejemplos ante la falta de pruebas directas
nnn La causa está repleta de indicios que encajan como un puzzle y para los que no existe otra explicación posible. El alegato del abogado de la familia incidió así en la falta de pruebas directas a las que también aludió la fiscal al carecer del arma, el teléfono de la víctima o un testigo que viera al acusado cometer el asesinato.
El letrado quiso exponer un ejemplo judicial y rememoró al jurado el caso de Asunta Basterra, la niña de 13 años hallada muerta en Teo y cuyos padres fueron condenados por la “contundencia” de los indicios.
La defensa también echó mano de otro popular caso, el de la muerte de la joven de Mijas Rocío Wanninkhoff en 1999. Recordó cómo fue detenida una mujer, Dolores Váquez, con indicios y que “ya había sido condenada por todo el mundo y que después se demostró que era inocente”. Recordó que “si no se hubiera anulado el veredicto del jurado no se habría seguido investigando”.
De esta forma, inició su alegato el abogado de César Adrio, que desmintió que durante tres años su cliente no hubiera hablado, “siempre hemos defendido la inocencia, desde el primer momento”.
El letrado leyó algunas conversaciones de Whatsapp entre César y Ana que demostrarían que ambos seguían juntos y que no habían roto su relación. “Entre ellos había una atracción física irresistible, una auténtica pasión y cuando él insistía, ella aceptaba, luego no hubo acoso”. Señaló respecto al tráfico de llamadas entre ambos “ aunque se enfadan en agosto, vuelven a hablar en septiembre, donde hay varias llamadas, que cada vez se hacen más frecuentes y más prolongadas”. Hizo en concreto referencia a una realizada el 23 de octubre en la que están más de una hora hablando. También existen comunicaciones en noviembre e incluso en diciembre, unos días antes del crimen.
Entre los mensajes que reforzarían la versión del acusado se encuentran los que envió Ana sobre la atracción que siente por él y los episodios de encuentros en el trabajo y cómo ocultaba su relación. “En septiembre hay un mensaje en el que reconoce haber vuelto a engañar a Samuel”. La defensa aseguró que Ana “mentía a sus amigas, a su novio y a sus padres”.
Sobre la sangre, volvió a insistir en que hay mensajes que demuestran que mantuvieron relaciones en el coche cuando ella tenía la menstruación. “Todo el mundo sabe que en ese momento las ventanillas se empañan y es normal darle a la luneta, donde apareció la mancha”.
También dudo de la imparcialidad de los testigos y Policía que “interpretan los datos según su interés”, y calificó a los forenses de activistas por mostrar documentos no aportados en la causa. En suma, consideró que “ha sido una profecía autocumplida, en la que se busca a un culpable y se hace que todo encaje en torno a él.n
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Lo último