Sólo 12 librerías aguantan abiertas en Vigo tras los continuos cierres

Alrededor de una docena de librerías en Vigo celebró ayer el Día del Libro, conmemorando la muerte de William Shakespeare y Miguel de Cervantes un 23 de abril de 1616. Una jornada festiva que se saldó con ventas muy positivas, incentivadas en parte por el 10% de descuento en un ámbito con precios fijos el resto del año, a excepción de las ferias. Sin embargo, el sector no está viviendo el mejor momento, ya que la situación general de crisis en el comercio minoritario también le afecta, tal y como explicó Xurxo Patiño, de la Agrupación de Libreros de Vigo: “Este ano xa comezou mal cunha das peores campañas de Reis dos últimos tempos; cunha desfeita así no primeiro trimestre é moi difícil recuperar”.

Estos primeros meses la comunidad viguesa vio mermado el número de integrantes con el cierre de dos establecimientos simbólicos: por una parte, Andel, la única en Galicia especializada en literatura gallega y portuguesa, dio por finalizado su etapa como tienda física a finales de marzo después de 21 años. Gestionada por los hermanos Xaime y Concha Nogueira continúa de forma testimonial con su versión digital (www.andelvitual.com) para la venta de los fondos bibliográficos. Por otra parte, Martin Codax, la librería del campus universitario también echó el cierre definitivo. Se suma a otros cierres significativos como el de San José, por jubilación, tras 69 años despachando en Carral.

Para mostrar la otra cara de la moneda, las inauguraciones, hay que retroceder hasta 2016, con la apertura de Hobbit en Navia: “É unha proposta interesante, nun espazo novo”, indicó Patiño, quien también señaló la fórmula alternativa de Mishima, que desde 2015, combinaba el servicio de librería con la hostelería: “Acabaron traspasando e quedando só como cafetería”.

Xurxo Patiño es la segunda generación al frente de Librouro, la decana en la ciudad. Fundada en 1967, solo le sigue de cerca la Librería Vigo, con dos años menos. Para Patiño, su principal competencia es las plataformas internacionales que operan por internet: “Ao principio tíñaselle medo ao libro dixital, pero a verdadeira ameaza é o cambio do modelo de consumo a cargo das grandes firmas que con ventaxas fiscais, pode ofrecer servizos rápidos e baratos; sen gastos de envío, tardan un día en entregar o libro en casa, polo que o cliente xa non está disposto a agardar os tres días que demora unha editorial en enviar a encarga”. Así, el librero aseguró que el peligro “é a ansia pola inmediatez, algo completamente contrario ao que precisa a cultura e concretamente a lectura; con isto estamos acabando co comercio de proximidade”.

Los sistemas de préstamos de los libros de textos y la tendencia a la enseñanza digitalizada complica más el panorama tanto de librerías como de editoriales. “Os préstamos mal xestionados están a enterrar ás librerías que tiñan neste mercado unha saída e o cambio ao dixital estase a facer sen medir as consecuencias, teríanse que compartir modelos para non perxudicar e dar unha maior posibilidade de escolla aos docentes”, puntualizó Patiño.

Señaló que la esperanza del sector está en la literatura infantil y juvenil: “O apoio das familias é fundamental, seguen considerando o libro como un elemento básico no desenvolvento dos nenos e un complemento para o ensino”. Como la especialización es complicada, Patiño aconsejó abrir el abanico a una oferta literaria: “La tendencia es eliminar los contenidos técnicos¨, legales o universitarios, que desaparecen por otros plataformas”.

Pese a los malos tiempos, Patiño considera que el suyo es un “fermoso traballo, no que hai que ter unha boa formación para saber o que se ten entre mans, a mercadoría dos soños; hai que saber recomendar e saber ler”. Además recomienda la programación de eventos como presentaciones o cuentacuentos porque “unha librería ten que ser un referente cultural, se non é un establecemento que vende libros”.n