Día de Todos los Santos: donde vivos y muertos se reencuentran

Homenaje para aquellos que ya no están por el día de difuntos. Ayer, todos los cementerios de la ciudad se llenaron de visitas, de ofrendas florales y de recuerdos. Aquellos que los familiares vivieron con sus seres queridos y ya solo se encuentran en la memoria. En el camposanto de Pereiró, el más grande y vistoso de Vigo, la llegada de gente ayer fue continua desde primera hora. Sobre todo, gente mayor al encuentro de sus padres y hermanos, pero también familias enteras con hijos que nunca pudieron conocer a sus abuelos. Un día donde vivos y muertos pudieron reencontrarse.

No faltaron las flores. Crisantemos blancos o claveles rojos decoraban cada lápida. La cristalera, brillante después de su limpieza. Y un silencio solemne solo roto por los pasos de los visitantes. Algunos rezaban, otros observaban la tumba de su marido fallecido con nostalgia. Y, los más habituales, soltaban una lágrima por aquellos que se fueron demasiado pronto. “Mi hermana falleció en el 2018 con 50 años. Ella lo aceptó, pero yo sigo sin superar aquello”, indicó Consuelo, mientras preparaba unas flores de tela para su hermana, su madre y sus abuelos: “Prefiero así. No se marchitan y son muy bonitas”. El alcalde, Abel Caballero, visitó ayer el camposanto y la exposición que allí se encuentra estos días, con figuras destacadas de Vigo y su historia. Muestras que también estarán en forma de fotografía en Teis y Lavadores.

En los pasillos del cementerio de Pereiró se esconden historias y reuniones en el más allá. Es el caso de la familia Armada. Hasta seis miembros se encuentran en un espacio, pero aún habrá hueco para alguno más. “Aquí tenemos abuelos, bisabuelos, la familia de mi marido y yo pienso venir aquí”, aseguraba la madre de la familia. También está su nuera, aunque necesita de su hijo para poder visitarla: “Esto es enorme. Aquí te puedes perder muy fácil”. Los más jóvenes también seguirán la tradición con el paso de los años y todos se reunirán en Pereiró cuando fallezcan.

Más triste es la historia de la familia Corbacho. Acuden todos los días para estar con su hijo, Jorge, que falleció hace tres años de un accidente cuando trabajaba de bombero en Santiago. Solo tenía 25 años. La familia, en plena lucha judicial, asegura que la herida no se cierra y lo único que los reconforta es saber que su recuerdo todavía está presente. “Vienen bomberos muchas veces a hacerle homenaje”, aseguró Javier, su padre. Tanto acuden que, el Concello, les instaló un banco. Homenajes de personas con nombre y apellidos, pero también para aquellos que descansan en el osario general. Os Ninguéns recordaron en un acto aquellos difuntos que moran en la fosa común: “Todos tienen lugar en nuestros corazones. Volveremos cada año a hablar de ellas y reivindicar su trascendencia”. Hoy, por el Día de Difuntos, los ocho cementerios municipales (Pereiró, Beade, Lavadores, Teis, Cabral, Candeán, Bembrive y Zamáns) estarán abiertos de 9 a 18:30 horas.

“No acudimos tanto como nos gustaría, pero hoy es un día especial; estaremos toda la familia reunida aquí, en Pereiró"

“Celebro los muertos porque creo en la resurrección; el alma de los fallecidos queda para siempre con nosotros"

“Venimos todos los días del año para que no se olvide,por Jorge; la vida no nos deja cerrar esto que pasó”