Las denuncias en Vigo sobre medio ambiente se duplicaron en un año

El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) casi duplicó este año los informes sobre delitos medioambientales registrados en el área de Vigo y en la comarca de Valmiñor, alcanzando la cifra récord de 147. También las denuncias aumentaron significativa en más de cuarenta casos que en 2015, con un total de 145. Además, los agentes de esta unidad dedicada a proteger el medio ambiente detuvieron además este año a cuatro personas, mientras que el año anterior no hubo ningún arresto. Las infracciones por residuos urbanos y peligrosos fueron las actuaciones más numerosas, seguidas de las cometidas en bosques y montes y el incumplimiento de leyes sanitarias.

Las denuncias por maltrato animal han crecido exponencialmente, aunque según explican desde el Seprona "lo que nos llega muchas veces no está considerado desde el punto de vista del Código Penal como tal, ya que para ello debe haber peligro de muerte para el animal". En este año apenas fueron dos los casos registrados en el área de Vigo, aunque reconocen que los problemas como los caballos con trancas "son todavía muy comunes en todos los montes de la zona, principalmente en el Aloia".

Las infracciones por el vertido de residuos urbanos y peligrosos son, de todas las actuaciones que llevan a cabo, las más numerosas, alcanzando en este año las 80, casi un 43% más que en el 2015. La falta de conciencia ciudadana está en el origen de la proliferación de todo tipo de "basureros" ilegales en los montes y ríos del área de Vigo. Uno de los puntos negros es el Lagares. "Las llamadas advirtiendo de mal olor en el cauce son constantes", explica uno de los agentes que ya intervino en marzo del 2014 cuando un producto químico vertido en el río mató a la mayor parte de la fauna piscícola y de anfibios de la zona afectada. La situación del río vigués es, desde el punto de vista de estos guardianes del medio ambiente "preocupante" y uno de los caballos de batalla de su trabajo "para intentar localizar los lugares de donde pueden proceder las aguas y productos contaminantes".

Un cazador furtivo que usaba lazos metálicos

Uno de los casos más difíciles y complicados que resolvieron durante este año que ahora termina fue la localización y detención de un cazador furtivo en Gondomar. El hombre utilizaba lazos de acero para atrapar animales en la zona de Mañufe. La investigación comenzó por casualidad. Una patrulla del Seprona con base en Vigo que hacia un recorrido por el municipio encontró dos latas de aceite y una charca con olor a gasóil. Este pequeño indicio les hizo sospechar de que se pudiera estar cometiendo algún delito de caza furtiva, ya que es un método utilizado para atraer a los jabalíes para que se revuelquen en el barro y después ser localizados por los perros.

La patrulla peinó el monte y encontró uno de los lazos.

Un sistema no selectivo que según explican desde el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) puede ser extremamente cruel y que mata por agonía lenta a cualquier animal que caíga en la trampa. Inmediatamente se montaron dispositivos de vigilancia que durante días enteros tenían bajo control estos montes del municipio de Gondomar.

La paciencia y la perseverancia tuvieron su recompensa a mediados del pasado mes de noviembre, cuando sorprendieron in fraganti a un individuo cuando, acompañado de un perro, manipulaba dos lazos que supuestamente habría colocado previamente. El hombre fue detenido y los lazos metálicos incautados ya que su uso y tenencia está prohibido "por suponer un perjuicio para la fauna, al tratarse de un método de caza no selectivo".

En la casa del cazador los agentes encontraron otros dos lazos,esqueletos de cabezas de corzo, astas de gamo y ciervo, y rabos de jabalí, zorro y gineta.

Además de los delitos de caza, el Seprona también persigue desde hace tiempo el robo de ganado que se registran en los montes del área de Vigo. Uno de los municipios más afectados es el de Fornelos de Montes, donde la ganadería extensiva es parte de la economía de las familias de la zona. La mayoría de los animales robados termina en mataderos del vecino Portugal.