El déficit de transporte público deja aislada a Vigo de su área

Los alcaldes del Baixo Miño piden reuniones urgentes a la Xunta ante las quejas diarias de los usuarios por la calidad servicio de autobuses, vigente desde la licitación de 2019

Una de las marquesinas que ofrece cobijo a los usuarios del servicio en Baiona.
Una de las marquesinas que ofrece cobijo a los usuarios del servicio en Baiona.

En medio de las polémicas de la Xunta con el Gobierno central por la mejora de los servicios ferroviarios con la puesta en marcha de los trenes Avril, la realidad es que la mayor ciudad de la provincia de Pontevedra está aislada de su área por un déficit en el transporte público en autobús. Esta situación ha provocado que la conexión con municipios como Porriño y Baiona o con la comarca del Baixo Miño, una de las zonas más afectadas por esta problemática, acumule quejas diarias por atrasos, autobuses llenos sin plazas y reducción de frecuencias en comparación con la anterior licitación.

“La perspectiva que tienen los usuarios es que los autobuses son insuficientes y que, muchas veces, estos no respetan el horario establecido, además de que también hay carencia de plazas. Estos problemas empezaron con la nueva licitación de la Xunta porque antes las quejas eran muy puntuales y ahora son muy reiteradas por un servicio que es básico”, comenta el alcalde de Tui, Enrique Cabaleiro, al ser preguntado por el servicio de transporte público. “Le trasladamos las quejas a la Xunta hace unos meses, incluso me consta que pedimos una reunión con el responsable autonómico de la consellería competente y no tuvimos ningún tipo de respuesta”, sentencia el regidor.

La situación de Tui también se repite en Tomiño. “Recibimos quejas y sabemos que la gente siente malestar respecto al transporte público. Es difícil conocer bien los horarios, por lo que se puede ver que hay falta de información. Eso no favorece que la gente utilice el transporte público, que debe tener prioridad en este momento”, afirma Sandra González, alcaldesa de Tomiño. “Ya hemos tenido reuniones con la empresa y mandado escritos a la Xunta porque hay que mejorar el servicio porque es muy deficitario: las frecuencias son menores y los autobuses van llenos y no atienden a todos los usuarios. Si apostamos por un mundo más sostenible, zonas pobladas como Baixo Miño deben tener un mejor transporte público, es lo que reivindicamos”, señala González.

En O Rosal el descontento de los usuarios también es una realidad. “Hay una queja generalizada de la falta de frecuencias del transporte en Baixo Miño y en O Rosal con el área de referencia a nivel profesional, sanitario y de servicios, que es Vigo. Sabemos que todos los estudiantes de O Rosal que estudian en Vigo, como los del Centro Residencia Docente al lado del Meixoeiro, se encuentran habitualmente en situaciones donde los autobuses de los viernes para volver a O Rosal están llenos. Es un problema muy grave que se repite los domingos. Todos los estudiantes tienen que volver a Vigo y ahora solo hay un autobús a las siete, antes había también a las seis y a las ocho, que se llena nada más salir de A Guarda y al llegar a O Rosal no hay sitio”, explica la alcaldesa Ánxela Fernández.

Lugove asegura que las modificaciones del servicio están limitadas por el contrato

La empresa Lugove es la encargada de ejecutar el servicio del transporte público en autobús entre Vigo y A Guarda desde el año 2019, una ruta que en alguno de sus recorridos también pasa por Baiona.

Desde Lugove aseguran que “en momentos puntuales, se han detectado servicios que han tenido una mayor afluencia, pero no es factible prever en qué momento se pueden dar las circunstancias que lleven a esos incrementos en la demanda, ya que responden a variables con un alto grado de aleatoriedad.”

También explican que los cambios tiene que pasar por la Xunta para poder realizar los ajustes pertinentes, algo que se pudo ver con el inicio de este curso escolar en Tui, con un aumento de la demanda que causaba que muchos estudiantes se quedaran sin la posibilidad de subirse al autobús de las siete de la mañana. “Esta circunstancia se puso en conocimiento de la Xunta y se realizaron unos ajustes en las frecuencias para poder dar servicio a estos viajeros en una franja horaria con una elevada demanda de usuarios. Para realizar cualquier ajuste de este tipo, tenemos que hacerlo con los medios, tanto humanos como materiales, que están establecidos en el contrato suscrito por la Xunta y Lugove. Esto implica que cualquier modificación del servicio esté limitada por los términos de dicho contrato”, aclaran desde la empresa.

Quejas por malas condiciones laborales ante la CIG

El problema del transporte público entre Vigo y el Baixo Miño también repercute en los conductores de los autobuses. Serafín Fernández, responsable de la CIG en el Baixo Miño, es conocedor de las quejas de los chóferes que ofrecen estos servicios.

“Los trabajadores también están hartos porque tienen unas condiciones muy malas. Aquí hay personas que dependiendo de los turnos de trabajo y al haber tanto volumen en determinados turnos, hay algunos trabajadores que hacen 15 horas al día, desde que empiezan hasta que terminan el servicio. Si a eso le sumas que cada vez habrá más gente el viaje tardará más”, explica Fernández.

Esta situación se agravó en los últimos meses con problemas de absentismo laboral. “Nos reunimos con los responsables de Lugove y nos explicaron que, por un lado, tenían una UTE con una empresa que se fue y los dejo sin capacidad, y, por otro lado, problemas de absentismo con los trabajadores, aparentemente por las condiciones laborales”, narra el alcalde de Tui, Enrique Cabaleiro.

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