Un Cristo marinero recorre Vigo en medio de la devoción de multitudes

No se olvidan los vigueses nunca de su protector, el Cristo da Vitoria, a quien se encomiendan cuando la ciudad o ellos mismos necesitan ayuda. Ayer, mostró su cara más marinera, la que recordaba al Cristo de la Sal que, según la leyenda, fue depositado en la Concatedral por los marineros que lo habían recogido en alta mar; o la que remite al origen de su imagen, una escultura de Sebastián Ucete, regalo del industrial Buenaventura Marcó del Pont, que hizo su fortuna como corsario en el siglo XVIII.

La vinculación con el mar, siempre presente, lo fue ayer aún más, cuando la imagen recorrió las calles de O Berbés, el antiguo barrio marinero, seguido del estandarte portado por el presidente de Arvi, Javier Touza, acompañado de las también armadoras Pilar Estévez e Isabel Núñez, cuya presencia visibilizó el trabajo de las mujeres en este sector.

Fue una marcha solemne entre multitudes devotas: 100.000, 120.000, 150.000… Imposible calcular la cifra, aunque seguro que, a lo largo de todo el fin de semana, el número de personas que realizó el trayecto de la procesión habrá llegado a las 200.000, en lo que es la mayor demostración de fe de la ciudad en todo el año.

Mientras una marea de fieles, con las tradicionales velas y farolillos, aún apuraba el paso para llegar a la Concatedral, el reloj de este templo, convertido hace tres años en Basílica, marcaba las 19.30 horas y un repique de campanas y el lanzamiento de bombas de palenque anunciaban el inicio de la procesión. La imagen salió de la iglesia ante la mirada de cientos de devotos agolpados en la pequeña plaza, donde ya esperaban las autoridades, encabezadas por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que repite en esta celebración religiosa, y el alcalde, Abel Caballero, junto a miembros de la corporación.

Escoltada por soldados de la Brilat, la comitiva encaró el tramo más difícil, la calle Real, donde el paso se hace estrecho y obliga a ir apartando el cableado para que no tropiece la imagen. Después, se dirigió a Monteros Ríos, para realizar el recorrido habitual hasta Porta do Sol.