Cristina Rommel, única gallega en el simposio de escultura de Venecia

Cristina Rommel, la escultora germano-argentina afincada en O Morrazo, fue la única representante gallega en la última edición del Simposio Internacional de Escultura en piedra del FVG, en Venecia. “Conectaron conmigo por internet, les interesó mi obra y me llamaron, fue una sorpresa enorme”, comenta la autora, descendiente del mariscal Erwin Rommel.

Compartió experiencia con seis participantes más, procedentes de Bulgaria, Italia, Vietnam, Macedonia y de Japón.

Trabajó durante 20 días en un bloque de mármol de 1,5 toneladas. “Calculo que le extraje media tonelada, es una piedra muy dura, del corazón de la montaña en la frontera entre Italia y Austria, es negra con vetas blancas, preciosa”. El resultado es una pieza, “El sonido del alma”, ovalada con orificio en el centro, “por donde se podría escuchar el interior más profundo si nos acercamos”, comenta la autora.

“Quise dejarle a la vista las imperfecciones, aunque pulidas, son como las marcas de la vida, las cicatrices que hay que lucir con orgullo y embellecerlas”. Rommel aceptó las impresiones del público con parecidos que iban desde una oreja a un útero. “Para conocer a alguien hace falta tiempo y todos estos elementos están relacionados con el escuchar y con el transcurso del tiempo”. “El sonido del alma” se quedó en Italia.

“Me pagaron por la estancia y la obra, tampoco me da pena, para mí son como hijos que no se van a quedar siempre en casa, me encantaría que se convirtiera en un punto de encuentro para los amigos, una vez hecha es para todo el mundo”. Realizada con martillo neumático, requirió un gran esfuerzo, “un 90% fue trabajo físico y un 10 la inspiración”, afirma la artista que hasta finales de mes también expone en el Espacio Beny.