La crisis del cacao eleva un 20% el precio del chocolate
Establecimientos especializados de la ciudad admiten tener muchas dificultades para generar márgenes de beneficio tras triplicar su valor de adquisición en tan solo un año
La crisis mundial del cacao pone contra las cuerdas a los negocios vigueses especializados en el chocolate. La falta de oferta debido a la sequía generada por el cambio climático en muchas zonas de África, sumada al peaje pagado por la guerra entre Ucrania y Rusia y la especulación hace que los comercios destinados a uno de los manjares más buscados (sobre todo en Navidad) se encuentren en una situación algo crítica. Ya sea comercios enfocados en el chocolate como chocolaterías.
El caso de Javier Pazos es arriesgado. Abrió su establecimiento La Pinocha hace dos meses y ya tuvo que subir los precios un 20%. “Pasé de obtener en un día el kilo a 55 euros a hacerlo a 65”, señaló Pazos. Pese a ello, las ventas siguen en buena dirección gracias a las luces navideñas, aunque la entrada de China en el mercado del cacao hace que aumente la demanda y que los precios suban aún más. Todo está conectado.
Para Agustín Alonso, gerente de Ocumare, la tendencia alcista del chocolate, que triplicó en un año su valor, es una condena. “Se está convirtiendo en un producto de lujo, si quiero conseguir un margen coherente de beneficios tengo que cobrar una tableta a 7 euros”, apuntó Alonso. De momento, su negocio soporta las subidas mensuales y se niega a aplicarlo al cliente, pero la situación “no parece que se arregle a corto plazo, esto sube cada día y ya está en máximos históricos”.
Los bares y churrerías también notan esa subida de los costes. Claudio Torres, gerente de Vigo Churros, aseguró que adquirir el cacao le cuesta un 130% más que hace un año, pero que todavía no ha aplicado una subida a los clientes en el chocolate con churros en los últimos dos años. “No puedo subirlo de manera exagerada porque sería cargarnos el negocio, pero esto nos ahoga y tenemos que pensar en hasta dónde seremos capaces de aguantar”, indicó Torres. La solución pasa por “la intervención del Estado, porque esto parece no tener techo”.
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