Aumentan en Vigo los casos de racismo y xenofobia así como los delitos de odio
Las consultas a SOS Racismo en Vigo se triplicaron en 2022, con cerca de medio millar, constatándose vulneración de derechos por discriminación en más de un centenar
El miedo hace que la mayoría de casos de racismo y xenofobia que pueden constituir un delito no se judicialicen e incluso permanezcan ocultos. Quienes están al frente de SOS Racismo Galicia, que ayer presentó su memoria de 2022 en Vigo, lo ven día a día en las situaciones que se les presentan y que siguen creciendo desde 2018 (primer año con registros). Según explica Esther Lora, responsable de la asociación en la ciudad, las consultas se triplicaron el año pasado respecto a 2021. Calcula que fueron alrededor de medio millar las situaciones atendidas, prácticamente las mismas que en A Coruña. “Nosotros estudiamos cada caso y comprobamos que fueron 225 en total en Galicia, casi la mitad en Vigo, donde hubo vulneración de derechos”, asegura Lora.
“Cada vez hay más casos de racismo y xenofobia, principalmente racismo institucional, aunque el año pasado notamos un incremento muy importante de discriminación laboral de mujeres extranjeras sin permiso de residencia, sobre todo en ámbito de trabajadoras del hogar, siendo el 80% de procedencia latinoamericana”, explica la responsable de SOS Racismo Vigo, quien como abogada admite que existen muchas dificultades cuando los casos se judicializan.
Los propios delitos de odio que llegan a prosperar son muy pocos. “Hay una Fiscalía especializada y una brigada policial que trabaja muy bien, pero el número que se denuncia es pequeño”.
En cambio, sí se han presentado ante Fiscalía numerosos casos de discurso de odio mediante internet. “En redes es imparable, pero como los insultos están despenalizados cuesta mucho que prosperen penalmente al englobarse dentro de la libertad de expresión, aunque nosotros entendemos que sí fomentan ese odio. El colectivo gitano es uno de los más castigados, pero también el extranjero”.
La mayor preocupación radica en los “microrracismos” que “por desgracia se acaban normalizando y es terrorífico en ámbitos como la vivienda, el trabajo, los vecinos o el propio colegio”. En el ámbito escolar “hemos tratado situaciones de insultos a estudiantes por ser diferentes que no pueden ser tomados como cosas de niños porque pueden ser el germen de algo mucho más grave”. Lora lamenta el discurso del odio que está calando en la sociedad hacia emigrantes, “antes eran los rumanos, ahora los panchitos, la gente con menos recursos cree que ellos les quitan los trabajos y las ayudas y es totalmente falso. Es necesario una mayor información y concienciación”
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