El Consorcio Casco Vello da por recuperada la fachada del Berbés

La fachada histórica de Vigo, O Berbés, ha abandonado su situación de ruina, en la que estuvo durante años pese a tratarse de un conjunto declarado histórico-artístico, lo que paradójicamente hace más difícil aprobar los proyectos por su máxima protección. A día de hoy, entre el 1 y el 41 de la plaza todos los edificios han sido reformados o están en proceso. El trabajo realizado por el Consorcio Casco Vello Vigo (CCVV) se da por prácticamente concluido tras una inversión de siete millones de euros en rehabilitación, de ellos dos para el albergue de peregrinos y el Redeiras de la Universidad de Vigo, para sumar un total de 12 inmuebles, todos en la primera línea frente a la plaza donde nació la ciudad. De esta planificación realizada por el CCVV, cuyo capital es en un 90% de la Xunta y el 10 por ciento del Concello, se escapan por ahora los números 19, 21 y 23 de los soportales, que tienen un trato específico al estar destinados a servicios y están en uso, uno de ellos con una peluquería. En principio, el CCVV no ve forma de hacerse con estos tres edificios, que se encuentran en estado aceptable, y sería la iniciativa privada. También los números 1 y 3 cuentan con licencia de obras para una rehabilitación privada para crear nuevas viviendas.

La reforma de la fachada fue considerado como objetivo prioritario por el CCVV tras haberse empeñado a fondo antes en la mejora del Casco Vello, en especial en la zona alta, donde la ruina presidía la mayoría de los inmuebles. Ahora cuenta con unos centenares de vecinos y lo mismo se espera en O Berbés.

Las últimas adquisiciones para rehabilitación fueron el número 9, entre Redeiras y el albergue, y los edificios 25 y 27, uno de ellos por un importe de 315.000 euros. Esta reforma permitirá construir nuevas viviendas en el barrio histórico vigués. El 9 es un inmueble de cuatro pisos con una superficie de 61 metros cuadrados por planta.

“Cerramos con esta adquisición un año histórico en el que cumplimos el compromiso firme de la Xunta de dar vida al barrio para lograr una rehabilitación integral del Casco Vello en el menor tiempo posible”, señalaba hace unas semanas la presidenta del consorcio, Ana Otiz, también delegada de la Xunta en Vigo. La clave es que con este inmueble el CCVV se hacía con toda la fachada para su rehabilitación completa y nuevas viviendas, un objetivo anhelado y que ahora se puede hacer real.

Adquisiciones

El trabajo continúa y llega a su final. En concreto, el caserón del número 27 logró el pasado mes de diciembre permiso para la demolición interior y cubierta. También tienen licencia los edificios del 29, 31 y 41 además de haberse hecho con el número 25, contiguo al que acaba de obtener licencia de demolición y que también fue comprado a finales de 2024.

El Consorcio integrado por Xunta y Concello también es propietario del número 5, donde se encuentra el albergue de peregrinos; del número 7, apuntalado y pendiente de rehabilitación, así como en los números 11, 13 y 15, transferidos a la Universidad de Vigo para el edificio Redeiras. En el número 39 de la plaza, con acceso también desde el número 2 de la vecina calle San Francisco, se iniciaron las obras en octubre, con 12 meses de plazo para su entrega. En este caso se trata de una inversión de 548.728,54 euros y permitirá dos nuevas viviendas ‘dúplex’ de 90 y 106 metros cuadrados.

El Consorcio Casco Vello se fundó en 2004 siendo Feijóo vicepresidente la Xunta, aunque sus primeras grandes actuaciones se iniciaron al año siguiente, con el bipartito, y continuaron con los gobiernos del PP. La presidenta del CCVV mantiene que este organismo de colaboración permanente entre la Xunta y el Concello es “uno de los mejores ejemplos del trabajo continuado que realizamos en favor de la ciudadanía viguesa cuando no se le ponen trabas”. En su dirección hay representantes del Gobierno gallego y del Concello. Indicó igualmente que la labor ya es visible en “calles enteras como las del Casco Vello Alto que lucen ahora como nunca, con decenas de emprendedores y negocios que decidieron que su futuro está en el barrio histórico”.