Un concierto que se prepara durante cuatro décadas
El director de la Orquesta Clásica de Vigo, Manuel Martínez, dirigirá el viernes “Beethoven en do menor”, con su famosa quinta sinfonía
Hay conciertos que se preparan durante mucho tiempo. Horas y horas de dedicación para que el sonido salga perfecto, sin ninguna falla. Para Manuel Martínez, director de la Orquesta Clásica de Vigo, ese concierto ha llegado. El viernes, la temporada de A Clásica comienza con el concierto “Beethoven en do menor”, en el Teatro García Barbón y con la interpretación de la conocida 5ª Sinfonía, una de las composiciones más emblemáticas (y complejas) de la música clásica. “Es el primer gran concierto romántico de Beethoven y su gran sinfonía. Eso no se hace todos los días”, indicó Martínez. La precisión de los cuatro movimientos de la melodía, de forma reiterada, se convirtieron en una obsesión para Martínez y para Beethoven.
“Hicimos en verano la tercera sinfonía de Beethoven, y eso fue el preámbulo para poder llegar a esta quinta”, señaló. Porque leer Beethoven llama a más Beethoven. Atrae pese a lo complejo de su son. Tanto, que tardó 40 años en exponerla al público, los mismos que lleva al frente de la Orquesta Clásica de Vigo. Y todavía habrá alguna que quede en el tintero del compositor alemán. “Hemos hecho la tercera, la octava, la novena, la sinfonía coral… Pero nos faltaba la famosa quinta. Solo nos quedan la segunda y la sexta, la famosa Pastoral, pero su complejidad es muy elevada”, señaló.
No estará solo en el escenario. Martínez dirigirá, pero estará con una serie de músicos de gran calidad y con el pianista Severino Ortiz, al que considera un amigo. “Convenía ahora esta quinta sinfonía. Los músicos progresan en su formación y ya tocaba abordar la gran sinfonía”, apuntó. Trombones, contra fagot, violín… Todo elemento debe estar perfectamente afinado y coordinado. Un homenaje para quien, según el director, es el gran estandarte romántico de la música clásica: “Todos beben de Beethoven. Schubert es parte de Beethoven. Brahms también es Beethoven. Y Wagner, también bebe de Beethoven. Todos. Primero se lee Beethoven, y luego el resto”.
Con la ilusión intacta y a sus 67 años, Martínez no se plantea ‘colgar la batuta’ pese a cuatro décadas dirigiendo. Siempre tiene un reto nuevo. Empezó desde muy niño tocando el piano con su madre y “todavía sigo yendo a los conciertos. Sigo escuchando música y sigo leyendo música, que eso ya casi nadie lo hace”. Cada concierto lo disfruta al entender la melodía de otra manera: “Lo bonito es interpretar para mil personas lo que tú has querido sacar de la partitura. Es mi idea, mi concepto”. Su lectura de la quinta sinfonía tardó 40 años en ser realidad y marcó un punto de inflexión en la historia de la música, no solo por su fuerza emocional y estructura innovadora, sino también por el poder expresivo de un Beethoven plenamente romántico.
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